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Dandy - De flor en flor - De mi tierra - De puro guapo - De salto y carta - De tardecita - De todo te olvidas (Cabeza de novia) - De vuelta al bulín - Déjá- Dejá el conventillo - Del barrio de las latas - Del infierno adelante - Delirio gaucho - Desdén - Desdichas - Desengaño - Desilusión - Desolación - Destino - Dicen que dicen - Dicha pasada - Dolor - Dónde estará - Dos cosas te pido - Dos en uno - Duelo criollo

Dandy
A.Irusta, R. Fugazot y L. Demare
Dandy
ahora te llaman
los que no te conocieron
cuando entonces, eras terran,
porque pasas por niño bien
y ahora te crees que sos un gran bacán.
Mas yo se dandy
que sos un seco y en el barrio
se comentan fulerias para tu mal.
Cuando sepan que solo sos confidente
tus amigos del café te espiantarán.

Has nacido en una cuna
de malevos calaveras, de vivillos y otras yerbas.
Sin embargo quien diría
que en el circo de la vida siempre fuiste un gran chambón.
Entre la gente del hampa
no has tenido performance,
porque baten los pipiolos
que se ha corrido la bolilla
y han junao que sos un gran batidor.

Dandy
en vez de darte
tanto corte pensá un poco
en tu viejita y en su dolor.
Tu pobre hermana en el taller
su vida entrega con entero amor,
y por las noches
su almita enferma
con la de su madrecita en una sola
sufriendo están.
Cuando un día llegue a nevar tu cabeza
a tu hermana y a tu vieja lloraras

De flor en flor
D. Gallicchio y E. Bonessi

Cabecita loca, tu recuerdo me provoca,
te ahogabas en mis brazos,
quisiste libertad, y en tu desvarío
vuelas hoy a tu albedrío.

Brindándote a los hombres
que luego se hartaran,
rindiéndote a sus plantas,
te hará una de tantas tu ciego afán.

Hay pobre mariposa,
que va de flor en flor,
pudiéndote arrullar
en el nidito de mi amor.

Hoy que mi alma con pavor vislumbra
la gran tragedia de tu final,
en la misma llama que te alumbra
tus pobres alas se han de quemar.

Y entonces abatida,
ah cabecita loca,
pretendes que la herida
la cierre con mi boca.

Yo te lo juro
por mi sueño fracasado,
por mis tormentos,
por mis noches de dolor.

Que en el espasmo de mis besos afiebrados,
yo dejare sellado, con bárbaro terror,
los pecadores labios tuyos, fraternados,
por querer libar de flor en flor.

Cabecita loca, tu recuerdo me provoca,
te ahogabas en mis brazos,
quisiste libertad, y en tu desvarío
vuelas hoy a tu albedrío.

Brindándote a los hombres
que luego se hartaran,
rindiéndote a sus plantas,
te hará una de tantas tu ciego afán.

Hay pobre mariposa,
que va de flor en flor,
pudiéndote arrullar
en el nidito de mi amor.

De salto y carta
J.De Cicco y A.Acuña

Alrededor de la mesa,
lista está la muchachada,
palpitando separada
cada cual con su ilusión.

Y entre el humo de los puchos
se van jugando sus dichas,
y el ruidito de las fichas
les golpea el corazón.

Entre el baraje del naipe maula
mueven sus labios, con voz muy baja,
como si hablaran a la baraja,
como si hablaran junto a su amor.

Barra timbera, barra querida,
como me gustan esos varones,
que se devoran como unos leones,
con ansias fieras al tallador.

Algunos más precavidos
van jugando con medida,
achicando la partida
cuando llega la ocasión.

Y entre pinta y contrapinta,
cruza el pálpito fulero,
que despierta en el timbero
el alma del tiburón.

Y haciendo alarde de su guapeza,
con mano firme, leal y prolija,
salta el más taura y se juega en fija
a una carta con todo amor.

Todos atentos, muchachos locos,
que en esas noches, largas y frías,
se juegan todas sus alegrías
contra la suerte del tallador.

Alrededor de la mesa,
lista está la muchachada,
palpitando separada
cada cual con su ilusión.

Y entre el humo de los puchos
se van jugando sus dichas,
y el ruidito de las fichas
les golpea el corazón.

De tardecita
N. Messutti y C. Álvarez Pintos

Volves de tardecita,
al barrio lindo que te vio,
en otra tardecita,
irte siguiendo una ilusión...
Ves que todo esta igualito,
nada cambio en el nidito
que alegrabas con tu risa ayer...
Y aunque vuelvas derrotada,
sabrás que la muchachada
te sigue teniendo siempre fe...

La luz del centro te hizo creer
que la alegría
que vos querías
estaba lejos de tu arrabal
y vestía sedas, y no percal...
Ir bien vestida, llevar gran lujo,
fue el embrujo
de tu ambición...
Equivocando el camino,
vendiste tu corazón!...

Desde que vos te fuiste,
el barrio nunca más canto...
Una pena muy triste,
todas las cosas envolvió...
Cuantas veces tu viejita,
al caer la tardecita,
creyó ver, temblando de emoción,
que daba vuelta la esquina,
la mimosa chiquilina,
que regresaba a pedir perdón...

Del infierno adelante
R. Ruiz y A. H. Acuña

Las mujeres cuando quieren,
la ala cuadrata
Las mujeres cuando quieren
la ala cuadrata
se mira en el espejo
y se parece al zorro.
Las mujeres cuando quieren
se mira en el espejo
y se parece al zorro.
Las mujeres cuando quieren,
es conocida,
alargan la pollera
y se peina arriba.
Me hicieron adelante
doscientas leguas
Me hicieron adelante
doscientas leguas;
tengo que hacer un rancho
para mi suegra
tengo que hacer un rancho
para mi suegra.
Para mi suegra si,
pero bien haiga,
con los cimientos flojos
pa' que se caiga.

Delirio gaucho
E. Gobbi

Oh, paisanita divina,
reina eres, moza de mi suelo,
virgencita del consuelo
de mis horas de aflicción.

Ven aquí, junto a mi lado,
reclina tu cabecita,
y has de oír cómo palpita
con delirio el corazón.

Y verás, mi virgencita,
que al escuchar su latido,
te dirá lo que ha sufrido
este paria por tu amor.

Y aunque el destino o la suerte
lo separe de tu lado,
sufre el gaucho resignado
en silencio su dolor.

Cuando aparece el lucero,
irradiando luz divina,
creo ver tus ojos, china,
con su tierno parpadear.

Vuelvo a mirar sus fulgores
y su imagen entre brisas;
como una dulce sonrisa,
hace a mi alma delirar.

Al reflejo de la luna
de una noche adormecida,
en el jardín de mi vida
veo un paisaje seductor:

la virgen de mi consuelo
sentadita entre las flores,
oyendo a los payadores
que cantan trovas de amor.

Desengaño
J. Caruso y J. Canaro

Tan amargo dolor
me causo tu maldad
que lo que yo sentí
no lo comprenderás
si es mi cuento una calma
a mi profundo pesar
emborracharme del alma
para poderte olvidar
me has hecho sufrir ingrata mujer
y cual fue el motivo de tu proceder
decime por que
si no me querías porque me mentiste
porque me estuvistes engañándome
si yo nunca, nunca te he dado motivo
que fueras conmigo tan falsa y tan cruel
fue tu desengaño que mato mi vida
dejando una herida que no cerrara
y aunque me engañaste no te guardo encoro
y yo te perdono en vez de matar
quizás otro te hará
lo que me hiciste a mi
y así comprenderás todo lo que sufrí
corazón en esas cosas
no hay otra cosa mejor
que sufrir en carne propia
un desengaño de amor
me has hecho sufrir ingrata mujer
y cual fue el motivo de tu proceder
decime por que
si no me querías porque me mentiste
y porque estuvistes engañándome
si yo nunca, nunca te he dado motivo
que fueras conmigo tan falsa y tan cruel

Desilusión
J.M.Rizzutti y J. Bonnet

Desilusión que estremeció mi ser,
y me llevó del corazón la paz.
Este es el pago que a mi anhelo das,
mujer falaz y cruel.
Más no te culpo, para que llorar,
este querer sin tu mirar
pero mujer sin sentimiento,
jamás podrías amar.
Mala ¡ay que pronto te olvidaste!
del amor que me juraste con emoción.
Piensa en el daño que me hiciste
al dejarme con mi triste desilusión.
Desilusión que disipó mi amor
y la fugaz quimera que forjé
y al principal que se llevó la fe
depositada en ti
ha de verter del corazón la hiel
de tu desprecio sobre tu traición
y al encontrar un desengaño
me quemaste de dolor.
Mala ¡ay que pronto te olvidaste!
del amor que me juraste con emoción.
Piensa en el daño que me hiciste
al dejarme con mi triste desilusión.

Desolación
E. Viera y A. R. Avilés

Si alguna vez el dolor
te atormenta como a mí,
busca aquel lugar del sueño
donde una tarde te conocí,
y en el mismo banco amigo
en donde soñamos, juntos los dos,
piensa si alguno te ha amado
del mismo modo que te amé yo.

Y entonces, como en un sueño,
verás a la imagen de un tiempo que fue
pasar tristísimamente
delante'e tus ojos que tanto adoré,
y podrás darte una idea
de cómo se sufre en la desolación,
y de cómo, lentamente,
se vive muriendo, si no hay ilusión.

Y un desconsuelo
grande y tan profundo y tenaz
que sola, sola,
por mis males, habrás de llorar;
y nuevamente
volverás a ser sentimental,
y entonando un nuevo canto,
iremos al banco del mismo lugar.

Y entonces, como en un sueño,
verás a la imagen de un tiempo que fue
pasar tristísimamente
delante'e tus ojos que tanto adoré,
y podrás darte una idea
de cómo se sufre en la desolación,
y de cómo, lentamente,
se vive muriendo, si no hay ilusión.

Y así soñó el corazón,
pero no la he vuelto a ver.

Destino
A. J. Imperiale y A. Polito

Destino,
que levantó de tirano
con fuerza la tosca mano
para clavar su puñal,
matando una feraz primavera
que triste se convirtiera
en una noche invernal.

Y fue de un amor sincero
en el libro del cariño
que los deditos de un niño
escribieron la pasión
insaciable de ternura,
infinita de alegría,
hasta que manchara un día
la sombra de la traición.

Destino,
que ciego, rudo, implacable,
al inocente o culpable,
aplica el golpe fatal;
por eso,
aquel peregrino errante
buscó el desierto anhelante,
para calmar tanto mal.

Sufría tanto en la vida
aquel pobre peregrino,
que en la mitad del camino,
cansado murió sin luz;
y de lejos parecía
la silueta de aquel muerto
de ser, en ese desierto,
en vez de un hombre, una cruz.

Dos cosas te pido
C. Tapia

Mi bien, dos cosas te pido
y una ha de ser la primera;
te pido que cuando muera,
no me has de echar en olvido.
Te pido que cuando muera
no me has de echar en olvido.
Tremante y con tu virtud
para que me entre amargura,
de no amar otra criatura,
con el extremo de aquí.
¡A que acuérdate de mi,
mi bien, mi vida y dulzura!
La segunda es, dueña mía,
que cuando me este muriendo,
estés cuando te este viendo,
para endulzar mi agonía
estés cuando te este viendo
para endulzar mi agonía.
Tremante y con tu virtud
para que me entre amargura
de no amar otra criatura
con el extremo de aquí.
¡A que acuérdate de mi
mi bien mi vida y dulzura!


Dos en uno
E. Cadícamo y R. Sciammarella

Yunta brava en el asfalto
donde talla el bacanaje,
figulinas pretenciosas
con melenas de champán,
¿qué dirían si las vieran
los del turbio sabalaje
al junarlas dibujando
la cadencia de un gotán?

Siempre amigas van corriendo
la verbena de los días,
son dos cuerpos que andan juntos
con un mismo corazón,
marquesitas suburbanas
portadoras de alegrías,
cascabeles bullangueros
del ruidoso cotillón.

¡Dos en uno!
es el nombre que la barra,
en los momentos de farra,
así les sabe llamar;
yunta brava
que vuelven otario al pillo,
también, con todo ese brillo,
quién no se va a encandilar.

Hacen bien de divertirse
y tirar por la ventana
ese cacho de la vida
que se llama juventud,
si esta vida, al fin de cuentas,
nos resulta una macana
porque siempre van del brazo
la impudicia y la virtud.

Ese Marco tan diquero
que les da tanta parada,
ese lustre distinguido
necesario pa' triunfar,
lo han junao un par de tarros,
al fajar una lustrada,
como cambian su pobreza
y se ponen a brillar.

Duelo criollo
L. Bayardo y J. Rezzano

Mientras la luna serena
baña con su luz de plata
como un sollozo de pena
se oye cantar su canción.

La canción dulce y sentida
que todo el barrio escuchaba
cuando el silencio reinaba
en el viejo caserón.

Cuentan que fue la piba del arrabal
la flor del barrio aquel
que amaba un payador
solo para ella canto el amor
al pie de su ventanal
pero otro amor por aquella mujer
nació en el corazón del taura más mentao
que un farol en duelo criollo vio.

Ah, bajo su débil luz morir los dos
por eso gimen las noches
de tan silenciosa calma
esa canción que es el broche
de aquel amor que paso
de pena la linda piba
abrió bien anchas sus alas
y con su virtud y sus galas
hasta el cielo se voló.

De mi tierra
F. Lozano, P.Numa Córdoba y E. Manella

Cuando canto en mi guitarra este estilo,
mi corazón me hace soñar.
Lleva en sus notas
su cadencia del alma
y trinos de zorzal.
Cierta vez yo tarareando por las riberas del río
este cielo que ahora canto le desprecié
a una china de ojos negros
que era su cara preciosa
y prendado yo al mirarlo me quedé
al ver las claras del día
y sus aspecto relucía
yo poníame en su rancho así a cantar
y era tanta la armonía
hubo a veces de llorar.
Despierta si estás dormida, chinita mía.
Y oirás de mi guitarra su melodía.
¡Ah! ¡ah! ¡ah! ¡ah! ¡ah!
¡Ah! ¡ah! ¡ah! ¡ah! ¡ah!
Para cantar y bailar un cielito
hay que sentirlo de corazón;
gratos recuerdos me trae en el pasado
y embriaga su canción.
En la palma de mi tierra
bellas flores y praderas
de hermosura sin igual
mi ranchito su recuerdo borrará
en el puente de junquillo
que atraviesa el manso arroyo
cuantas veces me he para oír
el murmullo de las aguas,
el cantar de los troperos
de paisanos el reír
y ahora que me encuentro lejos
de penas lloro porque ya.

De puro guapo
R. Iriarte y J.C. Fernández Díaz

A los conciertos que dan los fuelles
protestadores en sus gemidos
se están luciendo con sus quebradas
los compadrones en el lugar

Y las chirusas endomingadas
en sus miradas tienen el brillo
de la alegría que ha derramado
el tango errante y sentimental

En medio del conventillo
se ha parado un compadrito
que contempla de hito en hito
toda la gente en su excitación

Nada le importa que allí se baile,
él a bailar no ha venido
busca a aquella que lo ha herido
en medio del corazón

Y cuando encuentra a la traicionera
a la ladrona de su ilusión
la mano crispa con ansia fiera
sobre la masa de su facón

Y como un tigre sobre su presa
salta ligero y asesta un tajo
que roja marca deja sangrando
y el tango muere en el bandoneón

Y luego, sin darse prisa
apartando a los curiosos
se retira receloso
ante un murmullo de admiración

Pero apenas dio algunos pasos
se volvió y con arrebato
les gritó de puro guapo:
"Me he cobrado su traición"

Y las chirusas endomingadas
en sus miradas tienen el brillo
de la alegría que ha derramado
el tango errante y sentimental

De todo te olvidas (Cabeza de novia)
E. Cadícamo y S. Merico

De un tiempo a esta parte, muchacha, te noto
mas pálida y triste. Deci: que tenés?
Tu carita tiene el blancor del loto
y yo, francamente, chiquita, no se...
Que pena te embarga? Por que ya no ríes
con ese derroche de plata y cristal?
Tu boquita, donde sangraron rubíes,
hoy muestra una mueca, trasuntando un mal...

El piano esta mudo...
tus ágiles manos
no arrancaron el tema
del tango tristón...
A veces te encuentro
un poco amargada,
llorando encerrada
en tu habitación.
Y he visto, extrañado,
que muy a menudo
de todo te olvidas,
cabeza de novia
nimbada de amor.

Que es lo que te pasa? Cuéntame, te ruego
que me confidencies tu preocupación.
Acaso tu pena es la que Carriego,
rimando cuartetas, a todos contó?
De todo te olvidas, cabeza de novia,
pensando en el chico que en tu corazón
dejo con sus besos sus credos amantes,
como un ofertorio de dulce pasión.

De vuelta al bulín
P.Contursi y J. Martínez


Percanta que arrepentida
de tu juida has vuelto al bulín,
con todos los despechos
que vos me has hecho te perdone;
cuantas veces contigo
y con mis amigos
me encurdele;
y en una noche de atorro
en el cotorro no te encontré.

Te busque por todo el cuarto,
imaginándome, mi vida,
que estuvieras escondida
para darme un alegrón,
luego vi que del ropero
la ropa ya habías quitado
y al ver que la habías llevado
lagrimeo mi corazón.

La carta de despedida
que me dejaste al irte
decía que ibas a unirte
con quien te diera otro amor,
la repase varias veces,
no podía conformarme
de que fueras a amurarme
por otro bacán mejor.

Y pensé en aquellos días
que me decías mirándome:
mi amor es sincero y puro
y yo te juro que te amare,
y que al darte un abrazo
en tus ojazos lágrimas vi;
yo no se, vida mía,
como has podido
engrupirme así.

Déjá
Lenoir y Alvaiz

Voici les larmes,
c'est fini le charme,
voici venir l'arrachement
des adieux.
Tu me délaisses,
oh! quelle détresse:
ne plus revoir l'enchantement
de tes grands yeux!

Ton amour est passé, déjá;
le bonheur est passé, déjá;
je n'ai plus rien sur la terre
que ma douleur solitaire.
Achevé le roman, déjá;
oubliés les serments, déjá;
sur mon coeur est passé
le vol du temps...
Ton amour est passé, déjá.

Sans ta tendresse,
tes tendres caresses,
je ne pourrai plus
exister désormais.
Oh! sois sensible
car c'est trop terrible
de ne pouvoir plus adorer
ce qu'on aimait.

Dejá el conventillo
F. Ruiz Peña y A. Scatasso

Mi linda pebeta de ojazos de cielo,
de labios tan rojos como un corazón,
dejáme que a solas yo pueda decirte
que estoy medio loco de amor por vos;
pa’ mí, ya no existen las otras mujeres,
ni pienso en las farras y en el cabaret,
pues vivo, pebeta, pensando tan sólo
que al fin, algún día, me habrás de querer.

Y, aunque todas las comadres
te aconsejen lo contrario
y te digan que conmigo
no te debes espiantar,
no olvidés que te lo dicen
por la envidia que te tienen,
al saber que en mi automóvil
yo te llevo a pasear.

Seguí mi consejo: dejá el conventillo,
que en él, mi pebeta, no debes vivir,
y en vez de esa pieza sin luz y sin aire,
verás qué garifo será tu bulín;
mi linda pebeta de esos ojos de cielo,
pensá que conmigo feliz has de ser,
pues tengo un cotorro que es una delicia.

Del barrio de Las Latas
R. de los Hoyos y E.Fresedo

Del barrio de las Latas
se vino pa Corrientes
con un par de alpargatas
y pilchas indecentes;
la suerte tan mistonga
un tiempo lo trató,
hasta que al fin, un día,
Beltrán se acomodó.

Hoy lo vemos por las calles
de Corrientes y Esmeralda,
estribando unas polainas
que dan
mucho dique al pantalón;
no se acuerda que en Boedo
arreglaba chancha'e bochas,
ni de aquella vieja chocha
por él
que mil veces lo ayudó.

Y allá, de tarde en tarde,
haciendo comentarios,
las viejas, con los chismes,
revuelven todo el barrio
y dicen en voz baja,
al verlo un gran señor:
"¿Tal vez algún descuido
que el mozo aprovechó?"

Pero yo, que sé la historia
de la vida del muchacho
-que del barrio de los Tachos
llegó, por su pinta, hasta el salón-,
aseguro que fue un lance
que quebró su mala racha:
una vieja muy ricacha
con quien
el muchacho se casó.

Desdén
C. Gardel y M. Battistella
El día que comparezca
ante el tribunal de Dios
a dar cuenta de mi vida
que me complicaste vos....

El día que francamente
tenga yo que declarar
la verdad pura y palpable
que a Dios no puede escapar

y le diga que he faltado
a su ley de mala fe
al hacer de vos mi culto
¡al amarte más que a él!

que robé por tu cariño
que mate ciego de amor
pueda ser que dios piadoso
quiera darme su perdón

Desdeñe mi vida entera
en la hoguera de tu amor
esperando lo que fuera...
sin decirte ni siquiera
que es mi pena y mi dolor
Sin embargo ante el eterno
será el mismo mi desdén
y en mi amor profundo y tierno
por seguirte hasta el infierno
yo despreciare el edén

Pero el día de tu juicio
yo no se que le dirás
cuando sepan que has pecado
por capricho y vanidad

cuando sientas la mirada
penetrante del señor
que te llegara hasta el alma
como un rayo escrutador

y te acuse tu conciencia
al mirar aquel puñal
que vos misma, tan cobarde
le entregaste a mi rival

que no contenta con eso
me mandaste a la prisión...
por más que vos te arrepientas
no podrás tener perdón

Desdichas
P.Contursi y A. A. Gentile

Y si ves alguna noche
entre risa y carcajada
una triste milonguera
de un lujoso cabaret,
acordate que esa pobre
tiene el alma destrozada,
que no baila de alegría
y se ríe sin querer.

Baila, baila, milonguera,
que al mundo no le importa
si vos lloras;
baila, baila, milonguera,
porque mira el encargado
y te puede echar.

Si la vez arrinconada
recordando con tristeza
las desdichas del pasado,
triste fin de una pasión,
de seguro que en el blanco
mantelado de la mesa
la visión de su pebete
la consuela en su dolor.

Dicen que dicen
A. J. Ballesteros y E. Delfino


Vení, acercate. No tengas miedo,
que tengo el puño, ya ves anclao;
yo solo quiero contarte un cuento
de unos amores que he balconeao.
Dicen que dicen que era un a mina
todo ternura, como eras vos;
que fue el orgullo de un mozo taura
de fondo bueno, como era yo.

Y bate el cuento que en un cotorro
que era una gloria vivían los dos,
y dice el barrio que la quería...
con la fe misma que puse en vos.
Pero una noche que pa' un laburo
el taura manso se había ausentao,
prendida de otros amores perros...
la mina aquella se le había alzao.

Dicen que dicen que desde entonces,
ardiendo de odio su corazón,
que el taura manso busco a la paica,
por cielo y tierra, como hice yo.
Y cuando quiso Justo el destino
que la encontrara como aura vos,
trenzo sus manos en el cogote
de aquella perra, como hago yo.

Deje vecina, no llame a nadie,
no tenga miedo; estoy, estoy desarmao
yo solo quise contarle un cuento,
pero el encono me ha traicionao.
Dicen que dicen, vecina, que era
todo ternura la que murió...
que fue el orgullo de un mozo taura
de fondo bueno, como era yo.

Dicha pasada
G. Barbieri

Ayer cuando te vi tan altanera
pasear con el que fuera mi rival,
pensé en aquellas quince primaveras
que dio más hermosura a tu mirar.

Pero hoy no eres la misma que eras antes
la luz que había en tus ojos se apagó
tenés una amargura en tu semblante
que nadie ha de saberla como yo.

Y aunque me niegues que has sufrido
yo sé bien que has vivido
mil horas angustiosas,
y que en tu pecho se han quedado
las dichas del pasado
como marchitas rosas...

Si por otro hombre me dejaste
no quiero reprocharte
lo mal que me has querido,
vos sos mujer y te perdono,
si al fin con tu abandono
me has hecho más feliz.

Yo soy como la abeja, libre vuelo
y en pos de otro cariño mi alma va,
pues cuando necesito algún consuelo
hay otra que a mi vida se lo da.

Y ya que fue tu gusto el despreciarme
jamás a tu lado volveré,
te pago como has sabido pagarme,
y todo aquel pasado olvidaré.

Dolor
T. Díez Cepeda y J.M. Pérez Moris

Loco y rabioso por los placeres,
por las mujeres de aquel París,
dejé mi casa y a mi querida
que en la Argentina me amaba a mí;
allá en Montmartre, preso en los brazos
de una francesa, por fin caí,
y en la locura de sus abrazos,
dejé en mil noches mi frenesí.

Suzy, Suzy, Suzy,
pobrecita francesita,
milonguita de París,
se apagaron tus miradas,
las miradas de Suzy.
Suzy, Suzy, Suzy,
pobrecita francesita,
se acabaron las gauchadas,
se acabaron las gauchadas
que por ti yo hice en París.

Traidora fiebre la que en dos días
toda mi vida me destrozó.
Una mañana de niebla espesa,
pobre francesa, se me murió.
Desesperado lloré su muerte,
sin un consuelo pa' mi revés,
y maldiciendo mi mala suerte,
llevé sus restos al Père Lachaise.

París, París, París,
tumba de mi francesita,
tumba fría de Suzy,
Tú apagaste sus miradas,
las miradas de Suzy;
París, París, París,
tumba de mi francesita,
tú has dejado sepultada,
tú has dejado sepultada
mi aventura por París.

Dónde estará
S.Salinas

Mi negra se me ha ausentado
solo me resta llorar
ay mi negra donde estará
la busco por todas partes
y no la puedo encontrar
ay mi negra donde estará
la han visto a mi negra
la han visto pasar
si la vieran triste
a lo mejor llorar
déjenla venir llorando
que yo la vi canturrear
mujer que amantes tendrá
que la logren con desvelo
ay mi negra donde estará
pero amor como el primero
jamás mi bien hallará
ay mi negra donde estará
la han visto a mi negra
la han visto pasar
si la vieran triste
a lo mejor llorar
déjenla venir llorando
que yo la vi canturrear
infertias amorosas
siempre las encontrará
ay mi negra donde estará
pero amor puro y sincero
como el mío no hallará
ay mi negra donde estará
la han visto a mi negra
la han visto pasar
si la vieran triste
a lo mejor llorar
déjenla venir llorando
que yo la vi canturrear.

Arriba