Taconeando
J. H. Staffolani y P. Maffia
Vengan
a ver...
El bailongo se formo en su ley
a la luz de un gran farol medieval.
Todo el barrio se volcó en aquelcaserón,
bajo el parral a bailar,
y al quejarse el bandoneón
se escucho tristes las notas de un tango
que nos hablaba de amor,
de mujer, de traición,
de milongas manchadas de sangre
de sus malevos y el Picaflor.
Se
fue el arrabal
con toda su ley.
Su historia es, tal vez,
la cruz del puñal.
Se
fue el arrabal
que hablaba de amor
y aquel taconear
también se perdió.
Quien
no sintió la emoción del taconear
y el ardor que provoca el bandoneónal llorar?
Tango brujo de arrabal, triste son
que se agita en el misal de un querer
y en la lírica pasión del matón.
Notas que muerden las carnes
con su motivo sensual al volcar la pasión
que llevamos, tal vez, muy adentro,
en lo más hondo del corazón.
Tango
Argentino
A. Bigeschi y J. Maglio (Pacho)
Es
hijo malevo, triston y canyengue,
nacio en la miseria del viejo arrabal,
su primer amigo fue un taita de lengue,
su mina primera vestia percal.
Recibio el bautismo en una cortada
y fue su padrino un taita ladron,
se gano el lao flaco de la muchachada
que en una quebrada le dio el corazon.
Tango
Argentino.!
Sos el himno del suburbio
y en jaranas o disturbios
siempre supiste tallar.
Y que en los patios
a querosen alumbrados,
los taitas te han proclamado
el alma del arrabal.
De
tus buenos tiempos aun hay palpitan
"El choclo", "Pelele'; "El taita", "El cabure",
"La morocha", "El catre" y "La cumparsita';
aquel "Entrerriano"y el "Sabado ingles".
Que quieren aquellos jaileifes del Centro
que te han disfrazao y te han hecho un bacan;
serás siempre extraño en la aristocracia,
en cambio sos hijo aca en tu arrabal.
!
Tango Argentino.!
el de cortes compadrones,
rezongos de bandoneones
y sollozos de violin.
Tango Argentino!,
admirado en todas partes,
que como bueno triunfaste
en Europa como aqui.
Te
odio
C. E. Flores y F. Pracánico
Hay
cosas que no tienen razón ni sentido,
hay hechos que no tienen explicación,
así, al conocerte, mi gran cariño
sin ley, sin motivo de golpe nació.
Viniste a embarullarme la dulce existencia,
pues yo sin tus engaños ya era feliz:
parece mentira que siendo tan linda
guardes ese fondo tan bajo y tan ruin!...
Te
odio, maldita,
te odio como antes te adore,
Dios quiera que un día volvieras a mí,
buscando refugio, vencida, sin fe.
Entonces podría
cobrarme tu traición.
Es tanto lo que te odio
que al verte sufrir me vengare!...
Sabes
que todavía no puedo explicarme
por que placer maldito me hiciste mal,
si yo por tu cariño deje a mi madre
enferma, solita, sin techo, sin pan.
Has roto mi existencia. Cobarde y rastrera!
Por que voy a tenerte conmiseración,
si cuando agonice será mi postrera
palabra, una eterna, fatal maldición!...
Tenemos
que abrirnos
A. Irusta y A. H. Acuña
Hace
ya algún tiempo te vengo observando
un raro misterio en tu modo de ser,
si algo me retraso te encuentro con trompa,
si vengo pasado ni me querés ver.
Si
me encuentro alegre y cacho la viola
me paras el carro, yo no sé porque.
Te inventas diez nombres de minas cualquiera;
si falta que digas que tengo un harén.
Tenemos
que abrirnos, no hay otro remedio,
es un caso serio tu modo de amar.
Tenemos que abrirnos, amistosamente,
no es vida decente broncar y broncar.
Tenemos
que abrirnos, hemos terminado
las que has aguantado te las pagare
con buenos recuerdos, diré que sos buena
que es grande mi pena... pero que le vachache.
A
veces, dormida, soñás en voz alta,
me decías de todo, mordés el colchón.
Yo te doy soguita, hasta que cabrero
te despierto suave... con el cinturón.
Si
te pido ropa te haces la mañera
haciéndote ideas muy malas, quizá.
Upa! Que carácter! ya no hay quien te aguante,
si tenés más vueltas que línea e' tranguay.
Tiempos
viejos
M. Romero y F. Canaro
Te
acordas, hermano, que tiempos aquellos!
eran otros hombres, más hombres los nuestros,
no se conocían coca, ni morfina,
los muchachos de antes no usaban gomina.
Te acordás, hermano, que tiempos aquellos!
veinticinco abriles que no volverán,
veinticinco abriles, volver a tenerlos,
si cuando me acuerdo me pongo a llorar.
¿Dónde
están los muchachos de entonces?
Barra antigua de ayer donde están?
Yo y vos solos quedamos hermano.
Yo y vos solos para recordar...
Te acordás, las mujeres aquellas
minas fieles de gran corazón,
que en los bailes de Laura, peleaban
cada cual defendiendo su amor.
Te
acordás, hermano, la rubia Mireya?
que quite en lo de Hansen al loco Cepeda;
casi me suicido una noche por ella,
hoy es una pobre mendiga harapienta.
Te acordás?, hermano, lo linda que era,
se formaba rueda pa' verla bailar
cuando por la calle, hoy la veo tan vieja
doy vuelta a la cara, y me pongo a llorar.
Tomo
y obligo
M. Romero y C. Gardel
Tomo
y obligo, mándese un trago
que necesito el recuerdo matar.
Sin un amigo, lejos del pago,
quiero en su pecho mi pena volcar.
Beba conmigo, y si se empaca
de vez en cuando mi voz al cantar
no es que la llore porque me engaña,
yo sé que un hombre no debe llorar.
Si
los pastos conversaran esta pampa le diría
con que fiebre la quería, de que modo la adore.
Cuantas veces de rodillas, tembloroso,
yo me he hincado bajo el árbol deshojado
donde un día la bese.
Y hoy al verla envilecida, a otros brazos entregada,
fue pa'mi una puñalada y de celos me cegué.
Y le juro, todavía no consigo convencerme
como pude contenerme y ahí nomás no la mate.
Tomo
y obligo, mándese un trago
de las mujeres mejor no hay que hablar.
Todas, amigos, dan un mal pago
y hoy mi experiencia lo puede afirmar.
Siga un consejo, no se enamore
y si una vuelta le toca hocicar,
fuerza canejo, sufra y no llore
que un hombre macho no debe llorar.
Trago
amargo
R. Iriarte y J. Navarrine
Arrímese
al fogón, Viejita aquí a mi lado
y encienda un cimarrón para que dure largo
atráquele esa astilla, que el fuego se ha apagado
remueva aquella brasa y cébeme un amargo.
Alcance
esa guitarra de cuerdas empolvadas,
que tantas veces ella besó su diapasón,
y arránquele la cinta donde la desalmada
bordó con sus engaños mi gaucho corazón.
Usted
lo recuerda, Madrecita santa
como la quería, como yo la amé,
que puse mi vida, mi daga y mi manta
y sin embargo, Madre, la ingrata se fue.
Apague esa leña, que mi vista daña
los ojos me lloran, yo no sé por qué,
pues quiero olvidarla, ahogándome en caña,
y quiero estar cerca, cerquita de usted.
No
llore, Madre santa, no aumente más mi pena
y séquese esas lágrimas que me hacen tanto mal,
y cébeme otro amargo y ponga yerbabuena,
y mientras yo a la caña le pongo otro bozal.
Después cuando en la noche mermen los amargos,
y se oiga allá a lo lejos el toque de oración
inclínese a la virgen de los desamparados
y a mi pobre guitarra, colóquele un crespón.
Usted
lo recuerda, Madrecita santa,...
Tu
vieja ventana
A. Río y G. Barbieri
Vine
al pie de tu vieja ventana, mi bien,
a ofrecerte, mi vida, este canto de amor
porque quiero que sepas que te amo, mi edén,
y te siento latir en mi fiel corazón.
Yo quisiera, mujer, que comprendas
el cariño tan leal que te tengo:
que me paso las horas pensando,
y es ésa la causa que yo ya ni duermo.
He
traído del campo estas flores que ayer
arrancaron mis manos con ansias por tí
porque quiero mirarte contenta, mujer,
y mostrarte que yo moriría por ti.
Si un intérprete fueras, entonces
sentirías, igual que yo siento,
un amor tan extraño y tan dulce
que al no realizarse sería un infierno.
Asomá
tu carita y no me hagas sufrir,
te lo pido por lo que más quieras, mi amor;
si al no verte sería capaz de morir
de cariño quizás, o de extraño dolor.
Los culpables han sido tus ojos
y tus labios los cómplices fueron
que me tienen igual que a un esclavo
y soy, si se quiere, tu fiel prisionero.
Tus
besos fueron míos
F. García Jiménez y A. A. Aieta
Hoy
pasás a mi lado con fría indiferencia,
tus ojos ni siquiera detienes sobre mí...
Y sin embargo, vives unida a mi existencia
y tuyas son las horas mejores que viví.
Fui dueño de tu encanto. Tus besos fueron míos.
Sané y calmé mis penas junto a tu corazón.
Tus manos en mis locos y ardientes desvaríos,
pasaron por mi frente como una bendición.
Y
yo he perdido por torpe inconstancia
la dulce dicha que tú me trajiste,
y no respiro más la fragancia de tus palabras...
Y estoy tan triste!
Nada del mundo mi duelo consuela,
estoy a solas con tu ingratitud.
Se fue contigo, de mi novela
la última risa de la juventud...
Después
te irás borrando, perdida en los reflejos
confusos que el olvido pondrá a mi alrededor.
Tu imagen se hará pálida, tu amor estará lejos,
y yo erraré por todas las playas del dolor...
Pero hoy que tu recuerdo con encendidos bríos
ocupa enteramente mi pobre corazón,
murmuro amargamente: Tus besos fueron míos...
Tus besos de consuelo, tus besos de pasión...
Tan
grande y tan zonzo
C. Gardel y A. Le Pera
Tan
grande y tan zonzo,
Si no tenés labia,
No salís de noche, no sabes fumar.
A veces te juro, hasta me da rabia
Que tu peor es nada te sepa fajar.
Parece mentira que con tanta escuela
Al final de cuentas no ibas a servir
Ni pa ver quien viene, pedazo e franela,
Che viejo me extraña,
anda a hacerte del...
Tan grande y tan zonzo,
haceme el favor.
Que cara de otario
Para dar calor.
Tan grande y tan zonzo,
No te puedo ver,
En vez de muchacho,
Pareces mujer.
Tan grande y tan zonzo,
Sos un ciudadano
Que ni una carrera sencilla embocas.
Andas por el centro hecho un pajuerano,
Abriendo la boca y mirando pa atrás.
Las damas se ríen al ver tu figura,
Si alguna te atiende es por el cobin.
Mirá haceme caso cambiá de postura y
después de pinta que vas a hacer bien.
Tan grande y tan zonzo,
haceme el favor.
Que cara de otario
Para dar calor.
Tan grande y tan zonzo,
No te puedo ver,
En vez de muchacho,
Pareces mujer.
Te
fuiste? ja... ja...
J. B. Reyes y G. H. Matos Rodríguez
¿Te
fuiste? ja... ja... ¡Que te vaya bien!
¡Piantá de la vida que te cacha el tren!
Mi bulín está mucho más lindo,
más aireao, ventilao y compadre,
con las pilchas por el suelo,
todo bien desarreglao.
Ya no tengo a nadie que la bronque,
ni pichicho que me muerda o ladre;
te agradezco, mina otaria,
de que me hayas amurao.
¿Te
fuiste? ja... ja... ¡Que te vaya bien!
¡Piantá de la vida que te cacha el tren!
La catrera, con ser tan grandota,
yo te aseguro que no te ha extrañao,
pues tu ausencia solo se nota
en que duermo despatarrao.
Y,
de tarde, cuando el piberío
del triste convento empieza a gritar,
me despierto feliz, y me río,
y al ver que te has ido me pongo a cantar.
¿Te
fuiste? ja... ja...¡Que te vaya bien!
¡Piantá de la vida que te cacha el tren!
Sin embargo, allá en el fondo
de mi alma, la loca pavura
me trabaja e prepotencia
y no te lo oculto más.
Tengo miedo que una de estas noches
cometas la terrible locura
de sentirte Magdalena...
y al cotorro te volvás.
(No, por favor, que muy a gusto solito!)
¿Te fuiste? ja... ja...
¡Que te vaya bien!
¡Piantá de la vida que te cacha el tren!
Tendrás
que llorar
C. Tapia
No
será tan grande tu desdén
como grande fue entonces mi amor;
tu crueldad a igualado también
a lo inmenso que fue mi dolor.
Pero quiero que sepas mujer,
que el castigo te puede llegar
de querer como quise yo ayer
y, en vez de reír, tendrás que llorar!
El
pasado me hace sonreír
al pensar en lo ingenuo que fui;
siempre ha sido un eterno fingir
el cariño de tu alma hacia mí.
El olvido me ha curado ya;
en mi pecho no existe tu altar,
y esperando mi venganza está
que, en vez de reír, tendrás que llorar!
Cuando
llegue el momento fatal,
tal vez tenga de ti compasión,
pues esta alma, si recibe un mal,
brinda en cambio su buen corazón.
Un recuerdo será nada más
el amor que te supe brindar...
y no olvides mi frase tenaz:
que, en vez de reír, tendrás que llorar!
Tengo
miedo
C. E. Flores y J. M. Aguilar
En
la timba de la vida me plante con siete y medio
siendo la única parada de la vida que acerté,
yo ya estaba en la pendiente de la ruina sin remedio
pero un día dije "planto" y ese día me plante.
Yo
deje la barra rea de la eterna caravana
me aparte de la milonga y su rante berretín,
con lo triste de mi noche hice una hermosa mañana,
cementerio de mi vida convertido en un jardín!
Garçonnière,
carreras, timbas, copetines de vicioso
y cariños pasajeros, besos falsos de mujer,
todo enterré en el olvido del pasado bullicioso
por el cariño santo que un hombre puede tener!
Hoy
ya ves, estoy tranquilo,
por eso es que buenamente
te suplico que no vengas a turbar mi dulce paz,
que me dejes con mi madre, que a su lado santamente
edificare otra vida ya que me siento capaz.
Te
suplico que me dejes, tengo miedo de encontrarte
porque hay algo en mi existencia
que no te puede olvidar;
tengo miedo de tus ojos, tengo miedo de besarte,
tengo miedo de quererte y de volver a empezar.
Sé
buenita, no me busques, apartate de mi senda,
tal vez en otro cariño encontrés tu redención,
vos sabes que yo no quiero
que mi chamuyo te ofenda,
es que tengo mucho miedo que me falle el corazón.
Todavía
hay otarios
Pizarro y Babety
Yo
no sé por qué dicen que no hay más otarios
que son todos piolas y ranas a la vez
si por cada "vivo" marca el calendario
mas de diez "gilastros" que nacen por mes.
Yo
conozco a Yvonne, Colette y Rosario
a Mimí, Charlotte, Ninón y Sasá
y cada cual tiene su robusto otario
que forman debute la mensualidad.
Antes
era un viejo el que formaba el vento
y el que disfrutaba era un gigoló;
hoy hasta la barra que peina al ungüento
también por el aro de formar, entro.
Pasen
adelante que hay muchos otarios
pero no se apuren, no hay que arrebatar,
vengan las mujeres de vida galante
este es el mercado mejor pa' achacar.
No
sé por que dicen que no hay más otarios
que son todos piolas y ranas a la vez
si por cada vivo, marca el calendario
mas de diez gilastros que nacen por mes.
Yo
conozco a Yvonne, la Colette y Rosario
a Mimi Charlotte, Ninon y Sassa
y cada cual tiene su robusto otario
que forman de bute la mensualidad.
Tortazos
L.E.Casaravilla Sienra, E.P.Maroni y J.Razzano
Te
conquistaron con plata
y rajaste para adentro,
las luces malas del centro
te hicieron meter la pata.
Nada te importó che ingrata,
echaste todo a rodar.
Pues tu afán de figurar
enfermó tu alma de olvido
y aura hasta tenés marido,
las cosas que hay que aguantar.
M'hijita
me causa gracia
tu nuevo estado civil,
porque has engrupido a un gil
que creyó en tu aristocracia.
Vos sos la ñata Pancracia,
hija del tano Gerardo,
un gorota flaco y alto,
que trabajaba en la Boca,
no te acordás, gringa loca,
cuando piantaste al asfalto.
Y
ahora tenés vuaturé,
usás tapao petigris y
tenés un infeliz
que la chamuya en francés.
Que hacés, tres veces que hacés,
señora Clisolda Valle,
si cuando lucís tu talle,
con ese coso del brazo,
no te rompo de un tortazo,
por no pegarte en la calle.
Señora,
pero hay que ver,
tu berretín de matrona,
si te acordás de Ramona,
abonale el alquiler.
No te hagás la rastacuer,
desparramando la guita,
baja el copete m'hijita
con tu vida bacanada,
pero si sos más manyada
qu'el tango La Cumparsita.
Tras
cartón
S. Adamini y Oviedo Bianquet
Me
citastes la otra noche,ansioso por verte fui.
Te busqué, te esperé mucho;
lo cierto es que no te vi.
Entonces bien convencido
que verte ya no podría,me dije:
"Será otro día",
y me fui pensando en ti.
Yo
me dije:"Es seguro
que algo grave le ha pasado
porque ella nunca ha faltado,
siempre bien supo cumplir".
¡Qué noche, cuánto sufrir!
Así llegó el nuevo día,
busqué verte y saber algo
pero no lo conseguí.
Al
cabo de algunos días,
una carta recibí
en la que vos me decías,
en pocas líneas, así:
Te ruego que me perdones.
Engañándote venía
con otro amor que tenía...
Para siempre a él me uní.
Tomé
dos cartas de un naipe
después de haberlas marcado,
las mezclé bien con cuidado
para mi suerte jugar.
Pronto pude comprobar
que tu contra se había dado,
tras cartón habías quedado,
lo demás lo sabes ya.
Talán...
talán...
A. Vacarezza y E. Delfino
Talán,
talán, talán...
pasa el tranvía por Tucumán.
"Prensa", "Nación" y "Argentina"
gritan los pibes de esquina a esquina.
"ranca e mañana, dorano e pera"
ya viene el tano por la vereda.
Detrás
del puerto
se asoma el día,
ya van los pobres
a trabajar,
y a casa vuelven
los calaveras
y milongueras
a descansar.
Talán,
talán, talán...
sigue el tranvía por Tucumán.
Del acoplado en un banco
muy pensativo viaja don Juan,
un viejo criollo que hace treinta años
en las estibas se gana el pan.
Está
muy triste
desde aquel día
que su hija mala
dejó el hogar
siguiendo el paso
de aquel canalla
que por su puerta
lo vio rondar.
Talán,
talán, talán...
se va el tranvía por Tucumán.
Pero al llegar cerca 'el bajo
un auto abierto se ve cruzar,
en el que vuelve la desdichada
medio dopada de humo y champán.
El
pobre viejo
la reconoce
y del tranvía se va a largar,
pero hay amigos
que lo contienen
y el auto corre...
no se ve más...
Talán, talán...
pobre don Juan.
Tango
porteño
F. Pracánico y M. Romero
Tango porteño, tango divino,
tu melodía es mi obsesión;
tango porteño, con tu dulzura
se envenenó mi corazón
y he de llevarte siempre conmigo
como un recuerdo de este país,
y he de cantarte, tango porteño,
allá, en las noches de mi París.
Nunca
podré olvidarte,
tango porteño, dulce gotán,
cuando me encuentre allá en mi patria,
dentro de mi alma cantarás;
nunca podré olvidarte,
tango querido del arrabal,
y allá en Montmartre, tu melodía
por toda parte me seguirá.
Tango
te cambiaron la pinta
Tabanillo y Russo
Firulete
trazado en la vereda
frente al viejo convento de arrabal,
de ande salió la purreta milonguera
que se engrupe a los giles del Pigall.
Te has llegao hasta el centro 'e prepotencia
y como hombre de agallas te has portao
y hasta aquellos que la van con decencia
a los sones del fuelle has dominao.
Te
cambiaron la pinta allá en Europa
y en francés te llamaron "le tangó"
pero vos no has cambiado con la ropa
y seguís siendo siempre como yo.
El
dolor del convento en que naciste
no se si por tu bien o por tu mal
vas derramando en tu cadencia triste
como es triste también el arrabal.
Tango
que ocupas el primer rango
en milongas y salones
en el centro y arrabal
Tango
flor de lujuria y de fango
que los dandys y matones
por vos dan hasta el puñal
Tango
que cuando me falta un mango
te canto y me das consuelo
llenándome el corazón
Tango
por más perverso y guarango
para mi sos como el cielo
aunque seas mi perdición.
Tarde
gris
L. Rubinstein y J. B. Guido
Pese
al dolor vengo a verte.
Lo supe ayer que tu estabas tan mal.
Te quise odiar y mi pasión fue fuerte
no pude más y vine al hospital.
Por todo el mal que me has hecho
te maldecí con despecho y rencor,
pero después sentí dentro del pecho
mi corazón latir con santo amor.
Por que lloras? Acaso mi presencia
junto al dolor también a vos te apena?
O al recordar tu vida sin esencia
te arrepentiste y hoy queres ser buena?
La tarde gris, tan gris como mi pena,
acompañó mi quebranto por tu herida,
porque eras vos la dicha de mi vida
y el ansia de cantar y la ley de mi querer.
Nada quiero reprocharte. . .
Todo paso...y prefiero olvidar...
Que he de hacer si nací para quererte
si fuiste vos la luz de mi soñar.
Yo te perdono y te brindo
Pasión, hogar, mi ternura y mi fe.
Tu alegrarás mi vida un pibe lindo
y yo seré feliz con tu querer.
Por que lloras? Acaso mi presencia
junto al dolor también a vos te apena?
O al recordar tu vida sin esencia
te arrepentiste y hoy queres ser buena?
La tarde gris, tan gris como mi pena,
acompañó mi quebranto por tu huida
porque eras vos la dicha de mi vida
y el ansia de cantar y la ley de mi querer.
Te
aconsejo que me olvides
J. Curi y P. Maffia
Recibí
tu ultima carta
en la cual tu me decías,
te aconsejo que me olvides
todo ha muerto entre los dos.
Solo pido mis retratos
y todas las cartas mías,
ya lo sabes que no es justo
que aun eso conserves vos.
Hoy
reconoces la falta;
tienes miedo que yo diga,
que le cuente al que tu sabes,
nuestra intima amistad.
Soy muy hombre no te vendo,
soy incapaz de una intriga;
lo comprendo si es que hablara,
quiebro tu felicidad.
Pero
no vas a negar
que cuando tu fuiste mía,
dijiste que me querias,
que no me ibas a olvidar.
Y que ciega de cariño
me besabas en la boca,
como si estuvieras loca
sedienta nena de amar.
Yo
no tengo inconveniente
en enviarte todo eso,
sin embargo aunque no quieres
algo tuyo ha de quedar.
El vacío que dejaste
y el calor de aquellos besos,
bien lo sabes que no puedo
devolvértelos jamás.
Yo
lo hago en bien tuyo
evitando un compromiso,
sacrifico mi cariño
por tu apellido y tu honor.
Me conformo con mi suerte,
ya que así el destino quiso
pero acuérdate, bien mío,
que esto lo hago por tu amor.
Te
acordás
D.N. González, C.Gardel y J. Razzano
Te
acordas que fue una tarde,
de un porrazo me dijiste
yo de cariño hago alarde
pa'l amor no seas cobarde
atropella y te conquisté.
yo de cariño hago alarde
pa'l amor no seas cobarde
atropella y te conquisté.
Te acordáis con tanta bulla
y amorosa me decía
soy tu paloma que arrulla
yo soy tuya, toda tuya;
y sin embargo me olvidás.
Soy tu paloma que arrulla
yo soy tuya, toda tuya
y sin embargo me olvidás.
Y si te acordás mi china
de la carta por ventura;
que sequé bien la cocina
la chica de la vecina
y que a mi me leía el cura;
que sequé bien la cocina
la chica de la vecina
y que a mi me leía el cura.
Y ya que vais a dejarme
y te vais con otro criollo
yo pa poder consolarme
tendré china que tirarme
de cabeza en un arroyo.
Yo pa poder consolarme
tendré china que tirarme
de cabeza en un arroyo.
Te
fuiste hermano
E. Cárdenas y A. Tavarozzi
Se
ven de nuevo en el patio
las flores en los rosales,
y alzan sus cantos triunfales
los canarios del jaulón;
De
nuevo están los chicuelos
jugando lo mismo que antes,
mientras que el sol deslumbrante
llena el viejo caserón.
Se
oye otra vez aquel reír
de las alegres muchachas
que saben decir, llenas de fervor,
la frenética canción del amor;
Pero
hasta el rumor de un leve cantar
nos hace siempre gemir de pesar.
Desde que te fuiste, hermano,
hasta la triste región sombría,
la casquivana alegría
a nuestra pieza no ha vuelto jamás.
Aunque
las mañanas tengan
encantos indefinibles
y los días apacibles
vuelquen besos de esplendor,
las penas que el alma siente
no pueden borrarse nunca,
porque los goces se truncan
si se agranda el sinsabor.
Tesorito
J. A. Caruso y A. R. Avilés
No
hay nada que se compare
a lo que es mi tesorito:
por lo bueno y lo bonito,
nada existe que lo iguale;
ella, la que me hace vivir,
la que amante me cuida
endulzando mi vida;
ella, la que me hace sentir
con su dulce sonrisa
el amor más feliz.
Tesoro,
recuerdas aquellas noches cálidas
que pasamos, el cielo y las pláticas,
y a mí llegabas temblando y pálida,
tan pura y cándida que a un suspiro,
como una perla caía una lágrima.
Tesoro,
cierra los ojos y recordemos...
Mi tesorito, el fervor
de mi amor tan puro es,
que me verás a tus pies,
siempre rendido de amor;
que al mirarte con pasión,
tus bellos ojos me dan
la sensación de que están
dentro de mi corazón.
Tierra
de fuego
F. Lomuto
Mujer
que viste de seda,
que vive en el cabaret,
que pasas toda tu vida
engañando a los hombres
y engañándote
No tienes ni padre ni hermanos
y no sabes que es querer
has sido desde chiquita
y quien sabe hasta cuando
mujer de alquiler.
Tu boca roja pintada
la melena oxigenada
esconde tu dolor
al ofrecer todo su amor.
Y una noche de su vida
de esquivo y tango rendida
solita se murió
como una flor que nadie amó.
Mujer que viste de seda,
que vive en el cabaret,
que pasas toda tu vida
engañando a los hombres
y engañándote.
Pobre almita ilusionada
ni las sedas ni el champán
pudieron borrar tu pena
y acabaste tu vida
bailando un gotán .
tu boca roja pintada
la melena oxigenada
esconde tu dolor
al ofrecer todo su amor
y una noche de su vida
de esquivo y tango rendida
solita se murió,
como una flor que nadie amó.
Tierra
hermana
E. Cárdenas y G. D. Barbieri
Uruguay,
raza viril suelo divino
pueblo lleno de idealismo y corazón
que lo mismo que los cóndores andinos
se levanta con su augusto pabellón...
yo saludo reverente el heroísmo
de tus bravos e inmortales treinta y tres
que en Rincón y Sarandí, llenos de altruismo
demostraron por la patria su altivez.
Hermanos
Orientales
jamás se extinguirán
los abrazos triunfales
que dos patrias se dan
y en el poema gallo
que canta el porvenir
el gran pueblo Uruguayo
por siempre ha de vivir.
En
Florida donde con magnificencia
surge el símbolo a la hermosa libertad
dulce loas cantará a la independencia
de esa raza siempre llena de lealtad
y en Mercedes, San José, Salto y Fray Bentos
como en Minas, La Colonia y Paysandú
glosaré las armonías de los vientos
en los ritmos de mi lírico laúd.
Benditas
tus laderas
tu cerro magistral
tus fértiles canteras
de mármol y de cal
tus ágatas divinas
más brillantes que el sol
tus hermosas colinas
empapadas de sol.
El
gran pueblo Uruguayo
por siempre ha de vivir.
Tierrita
J. A. Caruso y A. Bardi
Hace
tiempo que te noto que estas algo indiferente
y yo no se francamente por que te portas así
si vos no has tenido nunca ninguna queja de mi
parece que te ha dentrao el berretín de ser artista
que querés que la modista te vistiera a la dernier
que la quisieras correr como potranca en la pista
y hasta morfar con la lista del París o del Julién
Desde que en el teatro oíste cantar un tango a la actriz
te ha entrado mucha tierrita no comes y no dormís
y tenes tan bien metido el berretín de cantar
que pegas cada berrido que hace mi ave trasnochar
quien te habrá engrupido que sos buena moza y que sabes cantar
andate al coche hacete pescar el berretín por un guinche
vos tan humilde y modesta no se como te has mareado
y al ver como has cambiado pienso con mucha extrañeza
si tenés en la cabeza aserrín o pan rallao
parece que te han entrado el berretín de jerarquía
que queres ser la más linda que vistiera a la dernier
que la quisieras correr como potranca en la pinta
y hasta morfar con la lista del París o del Julién.
Titiriteros
S.Merico y E.Béccar
Inmortal
titiritero
tu pasado lisonjero
los laureles, los aplausos,
que lograras al pasar
son cabriolas, molinetes,
trampolines, periquetes,
de mi lira en el cordaje,
hoy otra añoras.
Ya
la murga con sus sones
los platillos y trombones
circulando todo el pueblo
pregonando por doquier
imprimiendo en cada nota
esta frase con un dejo
circo gaucho... circo viejo...
te vas para no volver.
Con
amor y sin dinero
como para aventurero
recorriste los confines
paso a paso sin cejar
y el recuerdo que dejabas
en los pueblos que pisabas
era toda una semblanza
imposible de olvidar.
De
los pibes la algazara,
y el payaso con su cara
y sus locos cascabeles
que va viendo enmudecer,
expresando con la mueca
de sus labios y entrecejo,
circo gaucho... circo viejo...
te vas para no volver..
Mi
canción darte yo quiero
y mi canto lastimero
no te ofendo ni te daña
tu dolor al evocar,
Es el eco de tu historia
es la endecha de la gloria
de tu gloria que se esfuma
para nunca retornar.
Y
tal vez cuando mañana
al rodar tu caravana
a lo lejos de un camino
veas que triste atardecer
cuyos últimos fulgores
te dirán con su reflejo
circo gaucho...circo viejo...
te vas para no volver...
Todo
corazón
J. M. Ruffet y J. De Caro
Por
qué traicionas el cariño
que me juró tu palabra de amor
Por qué te olvidas del abrazo
que yo te di, cautiva de mi amor
Por qué me dejas triste y solo
mientras las horas burlan mi aflicción.
No ves que muero con tu ausencia
porque yo soy todo corazón.
Pero
sigue en tus locas ilusiones,
que muy pronto rendida al desengaño
volverás como el ave vuelve
al nido,
volverás al amor
que has profanado.
Yo te aguardo sin odios
ni rencores,
con la franca sonrisa de mis labios.
Porque es tu vida mi adoración
porque yo soy todo corazón.
Este
es el himno de ternura
que entonaremos juntos al amor
triunfante yo con mi desvelo,
sedienta tu con ansias y amargor.
Y entonces quiero que me digas
al recordar la vida que murió
por qué después
de tan larga ausencia
vuelves sedienta a mi corazón.
Traicionera
L. Garrospe y J. Ghirlanda
Un
ciego con una piba
limosna pidiendo va
rascando el viejo una viola
y tarareando un gotán
La piba con voz tristona
acompaña a su patrón
la copla que el viejo gime
y que dice esta canción.
Vivir
es morirse soñando mentiras,
vivir es un sueño que cuesta la vida.
Vivir sin quereres, vivir sin amor
es irse muriendo de pena y dolor.
Y canta cantando recorren los barrios
soñando quimeras para un porvenir
al tiempo que el cobre sonando al caer
despierta al cieguito que esta por dormir.
De
tanto cantar la copla
la piba bien la aprendió
que amuro al pobre cieguito
por un mal hombre de amor.
y hoy triste por esos mundos
recuerda a su buen patrón
que abandono traicionera
por aquella cruel canción.
Cantando
milongas, la pobre chiquita,
hoy pide a los hombres una limosnita
y evoca el recuerdo de aquella canción
que un día aprendiera de su buen patrón:
Vivir es morirse soñando mentiras
vivir es un sueño que cuesta la vida.
Vivir sin quereres, vivir sin amor
es irse muriendo de pena y dolor.
Tranco
a tranco
J. C. Caruso y J. Maglio
Por
un capricho me abandonaste,
sin hacer caso de mi dolor;
y desde entonces fue triste suerte
la que el destino te deparó.
Pronto te vistes abandonada,
rota por siempre toda ilusión.
Vas tranco a tranco
vendiendo amores
llevándote un vacío dentro del corazón.
Tranco a tranco por las calle,
su mitin a pasado,
solito va.
Sin que en tu largo camino
ninguna mano amiga
puedas encontrar.
Tus negros ojos no tienen
aquella alegre expresión;
hoy miran tristes y fríos,
llenos de desolación.
Vos a mi lado eras muy dichosa
nada conmigo te hacía faltar
y por que hiciste vender las alas
por que quisistes tanto volar
Pero la vida cual torbellino
pronto te hizo precipitar
y así caíste en el vacío
sin que nadie ya te pueda jamás levantar.
Y te vas muy solitaria
porque tu alma no encuentra
jamás amor;
y tu vida tranco a tranco
se va por la pendiente
del más cruel dolor.
Tus negros ojos no tienen
aquella alegre expresión,
hoy miran tristes y fríos,
llenos de desolación.
Trapito
E. Cárdenas, J. Servidio y L. Servidio
Cuando
en las horas de ansiosa calma,
busco en su alma fe y emoción,
veo en sus ojos de desconsuelo
los negros velos de su pasión
pensar a solas su mal llorando,
triste y pensando en su porvenir,
la vi mostrando su sacrificio
entre el bullicio del Tabaris.
Sabe
que en todo su pasado
la gloria, de su lado,
muy pronto se alejó...
Se ve, en su cara demacrada,
la huella de una pena
que dice su dolor.
Ya
nadie, al verla, piensa que llora
la fe ya perdida de todo su amor,
ya nadie sabe que en su ternura
sella la amargura que en sus ojos se vio.
Todos
escuchan, de su abatido pecho,
el gemido de su aflicción,
pero ninguno ve que su llanto
rompe el encanto de su ilusión.
En vano espera paz y ventura,
ya no fulgura su esplendidez,
es flor marchita, flor deshojada
que hacia la nada va en su vejez.
Sabe
que ya no es más "Trapito",
la bella que a su hijito
lo amó con ciega fe;
todo el destino ha destrozado
su amor, lo más sagrado,
su encanto de mujer.
Como
una rama
que arrastra el viento,
la lleva el tormento,
con todo su ser;
cuando la miro,
pienso el los días
que ha sido alegría
en el "Salón Doré".
Trenzas
negras
J. M. Aguilar
Cantan
loores a las melenas,
rubias y negras y a la garzón,
porque la moda ha tenido el poder,
de seducir a la mujer.
Por unas trenzas largas y negras,
solo por ellas doy mi opinión,
porque en sus lazos, se quedó preso
mi sensible corazón...
Y
en la negrura de su cabeza volqué
las quejas de mi ilusión.
Y me imagino que con sus lazos
forman los brazos de mi pasión.
Yo
sé que su cabeza ostenta
como un manto,
como en un limbo santo,
sus luces de esplendor.
Como la noche oscura
que tiene sus querellas,
con la luz de una estrella
radiante de fulgor,
y así, triunfa el reflejo
de la argentada luna
Trianera
Miralles y A. A. Aieta
A
ti te llaman Trianera
por tus cantares gitanos,
por este cuerpo garboso
y el mirar de tus ojazos;
así que todos los hombres
cuando te ven caminar
te dicen, enamorados
con locura, este cantar:
Trianera,
Trianera,
son tus ojos como soles
y es tu boquita preciosa
el panal de mis amores.
Trianera, Trianera,
cuando te miro a la cara
y te veo tan hermosa,
yo te haría la diosa
de mi corazón.
Junto
a la Torre del Oro,
monumento sevillano,
te llamó su soberana
un mocito muy gitano;
y desde entonces, ya está
entusiasmas de verdad
al ver que ya te camela
cuando te oye cantar:
Trianera,
Trianera,
son tus ojos como soles
y es tu boquita preciosa
el panal de mis amores.
Trianera, Trianera,
cuando te miro a la cara
y te veo tan hermosa,
yo te haría la diosa
de mi corazón.
Triste entrerriano
D. Lombardi y J. Ricardo
Vuelven
como en un lamento
en fugitivas danzadas
las notas del instrumento
tristes como ecos del viento
tristes como ecos del viento
al cruzar por la cañada
ay triste del alma mía
nadie comprende tu queja
nadie escucha tu armonía
cuando saludas al día
cuando saludas al día
que tras de la luz se aleja
ya no anida el teru-tero
en la loma solitaria
y parece que la hornera
sobre el charco miduaslero
sobre el charco miduaslero
entonase una plegaria
tal vez la visa cumbrera
no ofrece apoyo a su nido
la sabandija rastrera
hoy se adueña en la tapera
hoy se adueña en la tapera
que un viento extraño ha destruido
ya el payador su desvelo
no canta en noche serena
ni rajan el duro suelo
marcando el compás de un cielo
marcando el compás de un cielo
las agudas nazarenas
Tristeza
gaucha
J. Sarcione
Solenne
(sic) y muda la noche,
sobre el campo dormilando,
va la grandeza aumentando
del paisaje con su broche.
La luna haciendo derroche
de su luz azul turquí
le da un tinte carmesí
a la muda serranía
y es cada sombra un vigía
del dolor que vive allí.
Entre ese tono grisáceo
que domina el horizonte
se ve cual un mago al monte
majestuoso ante el espacio.
El sauzal austero y lacio
que circunda la ladera
da su nota plañidera
y el rumor de una virtiente (sic)
marca las notas doliente con el !ay¡
de una tapera .
Alma gaucha que solloza
en las ramas y en los nidos,
en los recuerdos ungidos
de ternuras amorosas.
Al verte morir mimosas
cantan las aves por ti
con pucheros de gurí
el sol llorando se asoma
cuando por sobre la loma
canta el viento su aire !ay de mi!
Trovas
G. Barbieri y D. Riverol
Con
tus ojos de arreboles
y tu porte de sultana
pasas todas las mañanas
taconeando sin cesar,
y, al mirarte, no comprendo
que en tus labios tentadores
ha volcado sus amores
el alma del arrabal.
Cuando
tu cuerpo se mueve
al compás dc un tango lento
sueltas tu melena al viento
con un aire encantador;
y tu cuerpo palpitante
marca el acorde pausado,
mientras que cae desmayado
en los brazos de tu amor.
Vos
sos así, luz divina
del barrio donde te criaste,
y en cualquier parte dejaste
un pedazo de tu ser;
si hasta cuando hablas, parece
que lo hicieras con el fuego
de la musa de Carriego
y el alma de Yacaré.
Yo
te quiero así, rebelde,
como un torrente bravío
y porque tu amor y el mío
no se pueden separar.
Pues, cuando un dolor te invade,
o te agobia algún quebranto,
con las notas de mi canto,
yo te quiero consolar.
Tu
diagnóstico
J. Betinotti
Tu
diagnóstico es sencillo
se que no tengo remedio
y se que estoy desahuciado
por tu esperanza y mi anhelo.
Que
vamos a hacer mi alma
adorare tu recuerdo
rogare que seas mi amiga
ya que otra dicha no tengo.
De
quererte como ansiaba
porque olvidarte no puedo
que aunque no te vea nunca
eternamente te veo.
Con
los ojos de la mente
y hasta en la idea te llevo
y a cada instante te extraño
aunque ya no soy tu dueño.
Yo
no me explico la causa
para mi esto es un misterio
que me sorprenda la aurora
sin conciliar con el sueño.
Y
que tu seas tan mala
con el que te fue sincero
y eso que tu me juraste
una tarde amor eterno.
Mi
corazón ya no ama
el pobre se encuentra yerto
hoy te amo con la cabeza
con la locura del genio.
Quiera
Dios no te contagies
la locura de este ciego
porque entonces tu sabrías
lo que es sufrir un infierno.
Y
como te quiero tanto
que no lo sufras prefiero
ya vez que no soy tan malo
desde que te vi fui bueno.
Y
lo seré mientras viva
por quien tuve mi desvelo
que me habrán hecho tus ojos
que me encuentro tan enfermo.
Tu
diagnóstico es sencillo
se que no tengo remedio
y se que estoy desahuciado
por tu esperanza y mi anhelo.
Tu
mirada
E. Cárdenas y J. Rosito
Paso
las noches suspirando,
porque desde que te viera,
en mi corazón sentí
que tu profundo mirar
puso un tierno amor dentro de mí;
si comprendieras mi quebranto,
si supieses mi tormento,
no me ibas a hacer sufrir,
no me ibas a hacer penar
con tu mirar.
Mi
alma, yo creía en tu cariño
puro como destellos de sol,
pero tu mirada me engañó
y toda mi ilusión
murió.
Nunca, yo pensé que me miraras
para darme penas a beber;
fuiste la purísima mujer
que hicieras a mi amor
enloquecer.
Fueron
mis ansias tus amores,
y tu rostro mi alegría,
y tu voz suave canción
que hizo de gozo temblar,
con raro poder, mi corazón;
pero muy sólo me has dejado
los horrendos padeceres
que me ofrecerán dolor
cuando me ponga a pensar,
triste, en tu amor.
Tucumana
A. P. Navarrine y E. Delfino
Bajo
de un naranjo en flor,
te vide una mañanita;
y al mirarte tan bonita,
hice como el picaflor:
puse un beso en tu boquita,
tucumana de mi amor.
Sí, ay, bajo del naranjo en flor.
Desde
que te conocí,
ni a mi madrecita quiero;
dicen que soy un matrero,
y naide me quiere a mí,
y yo todo lo tolero
por estar cerca de ti.
Sí, ay, desde que te conocí.
Te
han dicho en una reunión
de que yo no sé quererte;
si quisieras convencerte,
aquí tenís mi facón,
y hasta que me des la muerte,
clavado en mi corazón.
Sí, ay, aquí tenís mi facón.
Tus
violetas
G. Barbieri
Como
un recuerdo de tus amores,
estas violetas conservaré,
porque tu vida, como estas flores,
llenará mi alma de amor y fe;
voy a guardarlas como un tesoro,
porque ellas tienen, de tu pasión,
besos sublimes, besos que adoro,
porque me llenan el corazón.
Junto
al retrato que tú me dieras,
paso las noches pensando en ti,
como si en sueños se apareciera
tu amado rostro cerca de mí.
Si tú supieras con qué ternura
busco en mis horas de soledad
toda la gracia de tu hermosura,
todo el arrullo de tu bondad.
Son
tus violetas frescas y suaves
como las brisas de un día azul,
flores fragantes donde las aves
alzan un canto de juventud;
cuando recuerdo que tu fragancia
me hace dichoso, me hace feliz,
pienso en que toda nuestra distancia,
mi alma se acerca con gozo a ti.
Mujer
divina, mujer amada,
en tus suspiros quiero llegar
hasta tu alcoba de enamorada
donde cien veces llegué a cantar;
estas violetas de rica esencia,
junto a mi lado, no morirán,
como no mueren nunca, en la ausencia,
mis tiernas frases que a verte van.
Tut–ankh-amon
C. Millán y J. Bohr
Al
aparecer Tut-Ank-Amon
hizo entre las damas sensación
que hasta la moda toma con soda
al pobre faraón.
No
sé si en China o en Verdún
un industrial medio ranún
cuando la momia apareció
a un pintamoras contató.
De
colorín llenó el pintor
hizo arabescos de Art Deco
lucha bacano , hizo furor
y fama y plata ganó en la revol.
Vamos
señorita no hay razón
tomar el pelo a un faraón,
que el pobrecillo ya del flequillo
no tiene ni un mechón.
La
moda avanza sin cesar
y hay damas ya que en su obsesión
bajorrelieves al imitar
se hace la egipcia en un rincón.
Hoy
las señoras es fatal
soñando con Tut-Ank-Amon
buscan la voz piramidal
con una piedra dentro del colchón.
Tuyo
R. Angeletti
De
mi canción, los ayes lastimeros,
noche a noche, al pensar en tu mirada,
se desgranan, cual trino de jilgueros,
anunciando con su canto la alborada;
te los ofrendo a ti, mi bien, querida,
como eco de pasión que mi alma siente,
pasión que se convierte en una herida,
tornándome tu esclavo eternamente.
Tuyo,
tuyo seré toda mi vida,
siempre,
por más que tenga que sufrir;
nunca,
nunca, lo juro, he de olvidarte:
tuyo,
hasta el momento de morir.
Y
en alas de mi loca fantasía,
corro en pos de tu recuerdo amado,
y es tan fuerte el anhelo que me guía,
que al fin parece mi sueño realizado;
esta esperanza da aliento a mi vida,
y si consuelo me traes al corazón,
dicha inefable curará mi herida,
mitigando a mi pecho su aflicción.
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