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Sacate la caretita - Salto mortal - Salve, patria - Sanjuanina de mi amor - Se acabaron los otarios - Se acuerdan, muchachos - Se fue Mateo - Se llama mujer - Se va... y se va - Secreto - Seguí mi consejo - Senda florida - Sentimiento gaucho - Señor - Serrana impía - Sevilla - Si me tendrá en su memoria - Si se salva el pibe - Si soy así - Siéntese, che hermano - Siga el corso - Silbando - Silencio - Sin madre - Sobre el pucho - Soledad - Sólo se quiere una vez - Sol tropical (Amor tropical) - Sombras - Sonia - Sonrisas - Sonsa - Soñando - Sorpresa - Sos de Chiclana - Sos mi tirador plateado - Soy una fiera - Suena guitarra querida - Sueños de juventud - Sueño marchito - Sueño querido - Sueños - ¡Sufra! - Sus ojos se cerraron

Sacate la caretita
L. Cosenza, J. Schunemaker y J. Caruso

Sacate la caretita,
sacate la caretita
que te quiero conocer
y esta cara tan bonita
elegante mascarita
un poquito quiero ver
tus labios cuando suspiran
tus ojazos cuando miran
están llenos de pasión
y tu dulce carcajada
como tu dulce mirada
me llegan al corazón
Mascarita no te tapes tanto
que la cara yo te quiero ver
levantate un poco la caretita
para que te pueda conocer
son tus ojos dos puntas de fuego
que se ocultan tras del antifaz
el recuerdo de tus lindos ojos
de mi alma lo tiras al mar
de besar tu linda boca
estoy sintiendo una loca
una loca tentación
tentación que me atormenta
dejame una vez que sienta
esa dulce sensación
si en amar tanto te afanas
no me dejes con las ganas
mascarita de mi amor
que si nunca más nos vemos
para siempre perderemos
este instante de ilusión
tirame con esa serpentina
que un recuerdo quiero yo tener
y que al mirarlo como algo tuyo
de alegría me haga estremecer
Sacate la caretita,
sacate la caretita
que te quiero conocer
y esta cara tan bonita
elegante mascarita
un poquito quiero ver
tus labios cuando suspiran
tus ojazos cuando miran
están llenos de pasión
y tu dulce carcajada
como tu dulce mirada
me llegan al corazón

Salto mortal
Mazzaroni y Vivas

Era un payaso alegre,
ella era la más divina
ecúyere del circo,
él, bello y soñador,
Después de las piruetas
y los saltos mortales,
la luna cuantas veces
los vio jurarse amor.

En su larga odisea
de risueños juglares,
siempre juntos llegaron
y se vieron así.
Las nubes no empañaron
el cielo de su dicha,
era un payaso alegre
ella tierna y juvenil.

Pero… fue un día
al circo un estanciero
y en su apellido y su dinero
dichas y goces le ofreció.
Ella, tan ambiciosa como bella,
desechando los carteles
y los falsos oropeles
al payaso traicionó.

Recio, adivinando el cruel desprecio,
subió sonriendo al trapecio
pero allá arriba sollozó.
Rara, la mueca fue
de aquella cara…
embriagado por la pena,
saltó ágil, y en la arena
quedó tendido el Pierrot.

Y allá atrás de la carpa,
la ecúyere ambiciosa
en brazos del magnate
se dispone a partir.
En el camino largo
las dos sombras se pierden,
mientras lloran los niños
al payaso gentil.
Aquel que fue en el circo
la risa y la pirueta,
aquel que la tristeza
curó haciendo reír,
en la arena gloriosa
donde cosechó flores,
el ídolo del circo
se resignó a morir.

Salve patria
E. Cárdenas y G. Barbieri

Salve, patria de titanes
que se alzaron, arrogantes,
a los acordes vibrantes
del himno de López-Planes;
quiero patria, en mis afanes
de cantar tu bizarría,
poner en mi alma bravía
que las verdades no teme
las bravuras de tu Güemes
y el verbo de Echeverría.

Patria que, en mayo, tu anhelo
de libertad coronaste,
y que tu enseña elevaste
majestuosa frente al cielo,
quiero cantarle a tu suelo,
donde el brazo proletario
abre los surcos a diario
con su pujante entereza,
como honrando la riqueza
de tu suelo hospitalario.

En el sonoro cordaje
de esta guitarra querida,
va un pedazo de mi vida
como un lírico homenaje.
Hoy te brindo mi lenguaje
que en la estrofa se engalana,
porque eres la soberana
patria que su amor reparte
y elevas el estandarte
de tu gloria americana.

Sanjuanina de mi amor
A. Greco y F. Martino

Sanjuanina de mi amor,
vos me tenés medio loco,
vos me tenés medio loco...
Sanjuanina de mi amor,
vos me tenés medio loco,
vos me tenés medio loco...
Tu indiferencia y rigor
me matarán poco a poco...
Me matarán poco a poco,
sanjuanina de mi amor...

Si vos sabes que soy tuyo
y que yo te quiero tanto,
y que yo te quiero tanto...
Si vos sabes que soy tuyo
y que yo te quiero tanto,
y que yo te quiero tanto...
¿Por qué entonces sin razón
no te conduele mi llanto?
No te conduele mi llanto,
sanjuanina de mi amor...

El día que yo me muera,
ya no tendrás quien te siga,
ya no tendrás quien te siga...
El día que yo me muera,
ya no tendrás quien te siga,
ya no tendrás quien te siga...
Vas a llorar con dolor
porque no habrá quien te diga...
porque no habrá quien te diga:
"Sanjuanina de mi amor"...

Se acabaron los otarios
J. A. Caruso y F. Canaro

Se acabaron los otarios
que en otros tiempos había;
los muchachos de hoy en día
no son giles, al contrario.
Se acabaron los otarios...
¡Qué los salgan a buscar
con linternas o con candiles
que, aunque tengan quince abriles,
no los podrán encontrar!
Con que al campo a cachar giles:
con sus gracias juveniles
aquí no van a cachar.

¡Qué hacés, qué hacés, Ninón!
No te hagas la ilusión
de un buen departamento,
alhajas y un Renault.
Cuidado al metejón
que hoy todo ya cambió;
detrás de cada otario
se esconde un gigoló.

Y vos también, Germán,
sacate ese beguén;
no tengas pretensiones
de voiturette Citroën.
He visto más de cien
que andaban en gran tren
y hoy día no le fían
tan sólo un votacén.

Ya no quedan más otarios
de aquellos con linda estampa;
hoy son otarios con 'trampa'
y ranunes temerarios.
Ya no quedan más otarios
y al que finja un metejón
les aconsejo 'cuidado'
porque está tan disfrazado
que uno dice y con razón:
"¡La cara que Dios le ha dado!...
Ese es un caso clavado
que es manguero y tiburón."

Se acuerdan muchachos
P. M. Suero y E. Delfino

Se acuerdan muchachos de aquella bella
locuras de la gardenier
borrachos en lado de ella
dejando el cantar y placer
y aquella Mechita como otra
por esta casita paso
tu boca bese como a tanga
que mi alma lo la sorprendió
Mechita
desde que tu te acorde
siento que con vos se fue
mi único amor y toda mi fe
Mechita, sueño de mi corazón
quien tus labios besará
como los besaba yo
se acuerdan muchachos que triste
saber la linda que se va
tenerla como ave en la mano
tenerla y dejarla volar
muchachos si llegan a verla
le piden que vuelva por Dios
mi vida sin ella no es vida
sin ella me mata el dolor
Mechita desde que te perdí
siento que con vos se fue
mi único amor y toda mi fe
Mechita sueño de mi corazón
quien tus labios besará
como los besaba yo.

Se fue Mateo
A. de Bassi, C. Bertonasco y C. Ossorio

Te acordás de las mujeres
que paseaste por Florida,
con la capota corrida
para lucirlas mejor.
Te acordás por Pellegrini
la pebeta que llevaste,
los piropos que escuchaste
de las parejas de amor.

Mateo…
Te grita la purretada,
mientras la bestia agobiada
sigue tu mismo dolor
Mateo…
Te gritan de cualquier parte
y vos tenés que ladiarte
para dar paso al motor.

Y por eso es que Mateo
prensa ahora con tristeza,
si al regresar a su pieza
no encontrará que comer.
En cambio hallará una carta
que dejó su hija Consuelo,
que anoche levantó vuelo
con su vecino el chofer.

Se llama mujer
J. Rial y G. Barbieri

Pasa por mi barrio, un hombre barbudo
marcando la pena de su soledad
y por las facciones, de su rostro rudo,
se observan los rasgos de temprana edad.

Se hacen comentarios, en favor de su alma
dicen que fue bueno, generoso y fiel,
presenta apariencias de llevar con calma
la pesada carga de su padecer.

Hombre misterioso que pasas de largo,
nunca tus tristezas nos quieres contar.
A pesar de todo yo se sin embargo
la melancolía que te tiene mal

Mirando la ruina de tu hogar deshecho,
ves la vida clara, y piensas mejor
piensa que cediste todos tus derechos
frente a los dictados de tu corazón

Bendita la calma, que con gran acierto
infunde en tu vida, férrea voluntad,
y en el duro trance, de tu mal momento
es la compañera de tu soledad

Vaga por las calles misteriosamente
nadie su desdicha, lograra
Carece de amigos vive pobremente,
su pena más honda va junto con el.

Sentimiento gaucho
J. A. Caruso y F. y R. Canaro

En un viejo almacén del Paseo Colón
donde van los que tienen perdida la fe,
todo sucio, harapiento, una tarde encontré
a un borracho sentado en oscuro rincón.
Y al mirarlo sentí una profunda emoción
porque en su alma un dolor secreto adivine
y, sentándome cerca, a su lado, le hable,
y él, entonces, me hizo esta fiel confesión.
Ponga, amigo, atención.

Sabe que es condición de varón el sufrir...
La mujer que yo quería con todo mi corazón
se me ha ido con un hombre que la supo seducir
y, aunque al irse mi alegría tras de ella se la llevo,
no quisiera verla nunca... Que en la vida sea feliz
con el hombre que la tiene pa su bien... o que sé yo...
Porque todo aquel amor que por ella yo sentí
lo corto de un solo tajo con el filo'e su traición...

Pero inútil... No puedo, aunque quiera, olvidar
el recuerdo de la que fue mi único amor...
Para ella ha de ser como el trébol de olor
que perfuma al que la vida le va a arrancar...
Y, si acaso algún día quisiera volver
a mi lado otra vez, yo la he de perdonar...
Si por celos a un hombre se puede matar
se perdona cuando habla muy fuerte el querer
a cualquiera mujer.

Siga el corso
A. Aieta y F. García Jiménez

Esa Colombina
puso en sus ojeras
humo de la hoguera
de su corazón.
Aquella marquesa
de la risa loca
se pinto la boca
por besar a un clown...
Cruza del palco hasta el coche
la serpentina nerviosa y fina
como un pintoresco broche
sobre la noche del carnaval.

Te quiero conocer saber a donde vas...
Alegre mascarita, que me gritas al pasar:
"¿Quién soy? ¿Adónde voy?"
"adiós... adiós... adiós..."
"Yo soy la misteriosa mujercita de tu afán".
No finjas más la voz, abajo el antifaz
tus ojos por el corso, van buscando mi ansiedad...
descúbrete, por fin...Tu risa me hace mal
detrás de tus desvíos, todo el año es Carnaval...

Esa Colombina
puso en sus ojeras
humo de la hoguera
de su corazón.
Aquella marquesa
de la risa loca
se pinto la boca
por besar a un clown...
Cruza del palco hasta el coche
la serpentina nerviosa y fina
como un pintoresco broche
sobre la noche del carnaval.

Esa Colombina
con sonora burla
truena la corneta
de una pizpireta
dama de organdí...
Y entre tanto grito y risa,
linda maragata
jura que la matala pasión por mí.
Bajo los chuscos carteles
pasan los fieles
del Dios Jocundo
y le van prendiendo al mundo
sus cascabeles el carnaval...

Silbando
J. González Castillo, C. Castillo y S. Piana

Una calle en Barracas al Sud,
una noche de verano,
cuando el cielo es más azul
y más dulzón el canto
del barco italiano...
con su luz mortecina, un farol
en la sombra parpadea
y en un zaguán
está un galán
hablando con su amor.

Y desde el fondo del Dock,
gimiendo en lánguido lamento,
el eco trae el acento
de un monótono acordeón...
Y cruza el cielo el aullido
de algún perro vagabundo,
y un reo meditabundo
va silbando una canción.

Una calle... un farol... ella y él
y llegando sigilosa
la sombra del hombre aquel
a quien lo traicionó
una vez la ingrata moza...
un quejido y un grito mortal
y brillando entre la sombra,
el relumbrón
con que un facón
da su tajo fatal...

Y desde el fondo del Dock,
gimiendo en lánguido lamento,
el eco trae el acento
de un monótono acordeón...
Y al son que el fuelle rezonga
y en el eco se prolonga,
el alma de la milonga
va cantando su canción.

Soledad
A. Le Pera y C. Gardel

Yo no quiero que nadie a mí me diga
que de tu dulce vida tu ya me has arrancado.
Mi corazón una mentira pide
para esperar tu imposible llamado.
Yo no quiero que nadie se imagine
como es de amarga y honda mi eterna soledad.
Pasan las noches y el minutero muele
la pesadilla de su lento tic tac.

En la doliente sombra de mi cuarto al esperar
sus pasos que quizá no volverán,
a veces me parece que ellos detienen su andar
sin atreverse luego a entrar.
Pero no hay nadie y ella no viene,
es un fantasma que crea mi ilusión
y que al desvanecerse va dejando su visión
cenizas en mi corazón.

En la plateada esfera del reloj
las horas que agonizan se niegan a pasar.
Hay un desfile de extrañas figuras
que me contemplan con burlón mirar.
Es una caravana interminable
que se hunde en el olvido con su mueca espectral.
Se va con ella tu boca que era mía.
Solo me queda la angustia de mi mal.

Sólo se quiere una vez
C. Frolo y C. V.Geroni Flores

La lluvia de aquella tarde
nos acercó unos momentos...
pasabas... me saludaste,
y no te reconocí...
En el hall de un gran cinema
nos cobijamos del agua,
y entonces vi con sorpresa
tu envejecido perfil.

Al verte los zapatos tan aburridos
y aquel precioso traje que fue marrón,
las flores del sombrero envejecidas
y el zorro avergonzado de su color...
no quise creer que fueras la misma de antes
la rubia de la tienda "La Parisiene"
mi novia más querida cuando estudiante
que incrédula decía los versos de Rubén.
"...juventud, divino tesoro
te fuiste para no volver
cuando quiero llorar no lloro
y a veces lloro sin querer..."

Resuelto corrí a tu lado
dándome cuenta de todo,
quería besar tus manos...
reconquistar tu querer...
Comprendiste mi tortura
y te alejaste sonriendo...
!Fue tu lección tan profunda!...
Sólo se quiere una vez!

Sorpresa
J. Giliberti y M. Tanga

Sorpresa que me diste al verte pasar
al fin he logrado triunfar en mi afán,
te encuentro más linda, más joven que ayer
luciendo tu porte de bella mujer.
Si te he despreciado trate de ocultar
aquel cariño que no demostré,
yo he sido un perverso nacido pa'l mal
por eso he querido poderte salvar.

Hoy lejos de ti tendré que sufrir
si vieras lo cruel que fue para mí
dejando al cariño que tanto adore
me vi fracasado sin alma y sin fe.
Busque distraer mi loca pasión
trate de engañar a mi corazón
y más encendida en el interior
deseos ardientes de tu dulce amor.

Comprendo que estando alejada de mí
tendrás mucho lujo que yo no te di
tan solo a mi lado te hice sufrir,
porque fue miseria lo que te ofrecí.
Trate que me odiaras pa no marchitar
un alma tan buena que quise salvar
y te he maltratado como un criminal
y solo he logrado mi amor derrumbar.

Sueños de juventud
E. S. Discepolo

Sufres porque me aleja
la fe de un mañana
que busco afanoso
tan sólo por ti.
Y es un collar de estrellas
que tibio desgranan
tus ojos hermosos
llorándome así.

Sueño de juventud
que muere en tu adiós,
tímida remembranza
que añoraré,
canto de una esperanza
que ambicioné
acariciando tu alma
en mi soledad.
Mi pobre corazón
no sabe pensar,
y al ver que lo alejan de tí
sólo sabe llorar,
sólo sabe gemir,
sangrando al morir en tu adiós...

Lírico amor primero,
caricia y tortura,
castigo y dulzura
de mi amanecer.
Yo acunaré en tu canto
tu inmensa ternura
buscando en mi cielo
tu imagen de ayer.

Sufra
J. A. Caruso y F. Canaro

Sufra y aguante, y tenga paciencia,
que con paciencia se gana el cielo,
trague saliva y hágase buches
que se le puede caer el pelo.
Si es que le hacen una parada,
si desgraciado es en el querer,
trague saliva y hágase buches.
Sufra y aguante, que es por su bien.

Sufra y aguante, no importa,
sufra, que es para su bien
que en este mundo mezquino
si usted sufre, yo también.
Sufran los que anden de novio!
Sufran los que estén casados!
Sufran los que son solteros,
los viudos y divorciados!
Sufra y aguante, no importa
que sufra por un querer.
Sufra nomás que es muy lindo
sufrir por una mujer.

Sufrir, sufrir por un amor
quizá es lo mejor
que se sufre con placer.
Y que dulce sensación
se siente al sufrirpor un gran amor.

Sufran los viejos que peinan canas,
perdiendo el tiempo tras de las chicas!
Sufran aquellos que se la pasan
siempre parados en las esquinas!
Sufran las niñas cuando suspiran
aparentando tener cache!
Viejos y viejas, chicos y chicas,
sufran y aguanten, que es por su bien.

Sus ojos se cerraron
C. Gardel y A. Le Pera

Sus ojos se cerraron
y el mundo sigue andando,
su boca que era mía
ya no me besa más.
Se apagaron los ecos
de su reír sonoro
y es cruel este silencio
que me hace tanto mal...

Fue mía la piadosa
dulzura de sus manos,
que dieron a mis penas
caricias de bondad,
y ahora que la evoco
hundido en mi quebranto,
las lagrimas trenzadas
se niegan a brotar,
y no tengo el consuelode poder llorar...

Por que sus alas tan cruel quemo la vida!
por que esa mueca siniestra de la suerte...
Quise abrigarla y más pudo la muerte,
como me duele y se ahonda mi herida.

Yo sé que ahora vendrán caras extrañas
con su limosna de alivio a mi quebranto,
todo es mentira, mentira es el lamento...
Hoy esta solo mi corazón!

Como perros de presa
las penas traicioneras
celando su cariño
galopaban detrás,
y escondida en las aguas
de su mirada buena
la muerte agazapada
marcaba su compás.

En vano yo alentaba
febril una esperanza
clavo en mi carne viva
sus garras el dolor,
y mientras en la calle
en loca algarabía
el carnaval del mundo
gozaba y se reía
burlándose el destino
me robo su amor...

Si se salva el pibe
C. E. Flores y F. Pracánico

Si se salva el pibe, si el pibe se salva,
vas a ver la farra que vamos a dar;
si Dios no permite que el pibe se vaya
,será fiesta patria en el arrabal.
Traeremos los pibes de todo el contorno
y así, en una tarde repleta de sol,
llenaremos toda la casa de adornos
y daremos juntos las gracias a Dios...

No tienes que dejarlo salir con los muchachos,
en casa hay demasiado lugar para jugar;
ya ves lo que ha pasado: el muchachito bueno
cayó bajo las garras de la fatalidad.
Ya sé que tú no tienes ninguna culpa en esto,
no creas que es reproche sino resignación;
si el pibe se nos salva, salvándose el muñeco,
verás como esto, vieja, le sirve de lección.

Me contó mi madre que todos los chicos
tienen a su lado un ángel guardián.
Si así fuera cierto, el buen muchachito
por lindo y por santo se debe salvar.
Y si Dios quisiera llevárselo lejos...
Parece que duerme, deja de llorar...
Ya sabes que han dicho que no lo despierten.
Si se salva el pibe, si llega a sanar!...

Si soy así
A. Botta y F. J. Lomuto

Si soy así
¿qué voy a hacer?
nací buen mozo
y embalao para querer.

Si soy así
¿qué voy a hacer?
con las mujeres
no me puedo contener.

Por eso tengo
la esperanza que algún día
me toqués la sinfonía
de que ha muerto tu ilusión...

Si soy así
¿qué voy a hacer?
es el destino
que me arrastra a serte infiel.

Donde veo unas polleras
no me fijo en el color;
las viuditas,
las casadas y solteras,
para mí son todas peras
en el árbol del amor;
y si las miro
coquetonas por la calle,
con sus ojos tan porteños
y su talle cimbreador,
le' acomodo el camuflaje
de un piropo de mi flor.

Si soy así
¿qué voy a hacer?
pa' mí la vida
tiene forma de mujer.

Si soy así
¿qué voy a hacer?
es Juan Tenorio
que hoy a vuelto a renacer.

Por eso, nena,
no sufras por este loco
que no asienta más el coco
y olvidá tu metejón.

Si soy así
¿qué voy a hacer?
tengo una esponja
donde el cuore hay que tener.

Silencio
C. Gardel, A. LePera y H. Petorossi

Silencio en la noche, ya todo está en calma
el músculo duerme, la ambición descansa.
Meciendo una cuna, una madre canta
un canto querido que llega hasta el alma
porque en esa cuna está su esperanza.
Eran cinco hermanos, ella era una santa.
Eran cinco besos que cada mañana
rozaban muy tiernos las hebras de plata
de esa viejecita de canas muy blancas.
Eran cinco hijos que al taller marchaban.
Silencio en la noche, ya todo está en calma,
el músculo duerme, la ambición trabaja.
Un clarín se oye, peligra la patria
y al grito de Guerra! los hombres se matan
cubriendo de sangre los campos de Francia.
Hoy todo ha pasado, renacen las plantas,
un himno a la vida los arados cantan.
Y la viejecita de canas muy blancas
se quedó muy sola... con cinco medallas
que por cinco héroes, la premió la patria.
Silencio en la noche, ya todo está en calma
el músculo duerme, la ambición descansa.
Un coro lejano de madres que cantan
mecen en sus cunas nuevas esperanzas.
Silencio en la noche... Silencio en las almas.

Sol tropical
A. Le Pera y T. Tucci

Bajo el cielo tropical,
tu silueta sensual
es mi pasión.

El sol de tu hondo mirar
hoy consigue turbar
mi corazón.

Luz de tus negras pupilas
que siempre alumbran
mis noches de amor.

Por ti, por tu palpitar,
doy la vida al besar
tu boca en flor.

Tu risa triunfal provoca,
con un espasmo, mi tentación;
tu boca carnal evoca
de un incendio la ensoñación...

Paisaje lunar en fuego,
selva gigante que abraza el sol...
Bajo la sombra irreal de tus pestañas
todo se exalta y dice "Amor".

Sobre el pucho
S. Piana y J. González Castillo

Un callejón en Pompeya
y un farolitoplateando el fango...
Y allí un malevo que fuma
y un organito
moliendo un tango;
y al son de aquella milonga,
más que su vida mistonga,
meditando, aquel malevo
recordó la canción de su dolor.

Yo soy aquel que en Corrales,
los carnavales de mis amores,
hizo brillar tu belleza
con las lindezas de tus primores,
pero tu inconstancia loca
me arrebató de tu boca
como pucho que se tira
cuando yani sabor ni aroma da.

Tango querido
que ya pa' siempre pasó,
como pucho consumió
las delicias de mi vida
que hoy cenizas sólo son.
Tango querido
que ya pa' siempre calló,
¿quién entonces me diría
que vos te llevarías
mi única ilusión?

Sonsa
E. Fresedo y R. de los Hoyos

Tengo un amor que me enloquece
y es de mi vida mi única ilusión.
De su cariño me siento tan avara
que en cofre de oro lo guarda el corazón.

Es como el sol que al despuntar
llega a los nidos para hacer cantar...
Si entre sus brazos me siento aprisionada
el mundo entero me atrevo a despreciar.

Sonsa! me dijeron mis amigas
piensa que ese amor te perderá;
recuerda que tu vida será pobre
y que no tendrás ni un cobre
pa gastarlo en un vestido
o lucirlo en un collar.

Sonsa! no tendrás la voiturette...
Todo ese encanto morirá
y piensa que tu vida será pobre,
que ese amor te ha trastornado
y por el has despreciado
tu mayor felicidad.

Deje el chalet, deje el buldog
y el auto regio todo de un color
por seguir, loca, al hombre que yo quiero
,que con un gesto robo mi corazón.

Lejos con él quiero vivir
con mi tapera sola en el lugar,
que una tapera, a la luz de las estrellas
de noche es plata y oro al despertar.

Sos de chiclana
R. Rossi y Hnos. Navarrine

Sos de Chiclana, no hay nada que hacer,
tu pedigré es del más puro arrabal;
hermana entera sos de aquella Ester
a quien los hombres trataron tan mal.

Mas si la otra cayó
su almita quedó
prendida al percal;
vos, en cambio, sos feliz,
gastás petigrís
y vas al pigal.

Pero hay algo en vos, bajo tu gran tren,
que grita "¡Chiclana!" a cuantos te ven.

Hoy supe que a París
te vas con un mishé
y, con tu gigoló,
cuánto nos alegramos...

Hacés muy bien:
aquí, todo acabó;
hoy te dice tu puerta
"entrarás sólo muerta"

.Hoy salió el sol
para aquel pobre hogar
que osastes enlutar,
hoy los tuyos no lloran.

Desde París,
esta oración oirás:
"Señor, qué sea feliz
y que no vuelva a amar".

Cuando desfiles allá, por Longchamp,
la muchachada de aquí dirá al ver
tu linda estampa: "¡Milonga pur sang!"
Es tu Chiclana, no hay nada que hacer...

Y tu galope triunfal
dejará el tendal,
allá como acá;
y tu vieja, en un rincón,
alguna oración
por vos rezará.

Pero hay algo en vos, bajo tu gran tren,
que grita "¡Chiclana!" a cuantos te ven.

Sueño querido
A. Mafia y M. Battistella

Los veinte abriles daba yo
y ya deseaba recorrer el mundo
que me ilusionó;
mi pobre vieja en su pesar lloró de pena,
y en alas de mi sueño abandoné el hogar;
mi porvenir interrogué
y aunque me dijo el sabio que era oscuro
proseguí con fe;
soñaba al sol de mis primeros años
sin ver los desengaños
pero desperté.

Sueño querido de mi tierna y bella juventud,
fuiste espantado por la negra ingratitud;
sólo me queda de tu mágico esplendor
el yelmo roto de triste soñador;
por eso cuando llega a mi alma el lúgubre doblar
de las campanas me dan ganas de rezar;
sueño querido, ha pasado tu carroza;
para siempre ya te has ido
y no volverás.

Quise ser bueno y sólo fuí
romántico Quijote para el mundo
que se rió de mí;
en la amistad y en el amor fui traicionado
y en la mitad del pecho se clavó el dolor;
todo ilusión tan sólo fue
que se esfumó con la primera estrella
del amanecer;
casi me pierdo en esa noche oscura,
soñando en las alturas
pero desperté.

Secreto
E. S. Discépolo

Quien sos?... Que no puedo salvarme,
muñeca maldita, castigo de Dios,
ventarrón que desgaja en su furia un ayer
de ternura, de amor y de fe.

Por vos se ha cambiado mi vida
sagrada y sencilla, como una oración,
en un bárbaro horror de problemas
que atora mis venas y enturbia mi honor.

No puedo ser más vil,
ni puedo ser mejor,
vencido por tu hechizo
que trastorna mi deber.
Por vos a mi mujer
la vida he destrozao,
y es pan de mis dos hijos
todo el lujo que te he dao.
No puedo reaccionar
ni puedo comprender,
perdido en la tormenta
de tu voz que me embrujo...
La seda de piel que me estremece
y al latir florece, con mi perdición.

Resuelto a borrar con un tiro
tu sombra maldita que ya es obsesión,
he buscado en mi noche un rincón pa' morir,
pero el arma se afloja en traición...

No se si merezco este oprobio feroz
pero en cambio he llegado a saber
que es mentira, que yo no me mato,
pensando en mis hijos... no lo hago por vos.

Seguí mi consejo
E. Tronge y S. Merico

Rechiflate del laburo, no trabajes pa los ranas
tirate a muerto y vivila como la vive un bacán,
cuidate del surmenage, dejate de hacer macanas,
dormila en colchón de plumas y morfala con champán,

Atorrala doce horas cuando el sol este a la vista,
vivila siempre de noche porque eso es de gente bien,
tirale el lente a las minas que ya estén comprometidas
pa que te salgan de arriba y no te cuesten tovén.

Si vas a los bailes, parate en la puerta,
campanea las minas que sepan bailar,
no saques paquete que dan pisotones...
!Que sufran y aprendan a fuerza'e planchar!

Aprende de mí que ya estoy jubilado,
no vayas al puerto...! te puede tentar!...
Hay mucho laburo, te rompes el lomo,
y no es de hombre pierna ir a trabajar.

No vayas a lechería a pillar café con leche
morfate tus pucheretes en el viejo "Tropezón"
y si andas sin medio encima, cantale "!Fiao!" a algún mozo
en una forma muy digna pa'evitarte un papelón.

Refrescos, limones, chufas, no los tomes ni aun en broma...
!Piantale a la leche, hermano, que eso arruina el corazón!...
Mandate tus buenas cañas, hacete amigo del whisky
y, antes de morfar, rociate con unos cuantos pernós.

Senda florida
E. Cárdenas y R. Rossi

Por esta senda donde un bello ruiseñor
cantaba alegre sobre un viejo ventanal
Por esta senda yo he volcado de mi infancia
Las arrogancias de mis años de esplendor

Aquí del canto de las brisas aprendí
las armonías de una dicha singular
y el alba radiante con su deslumbrante
corona de luces me enseñó a adorar

Bella senda donde mi alma aprendió a querer

Donde
con mi juego placentero
pasé los años primeros
que jamás han de volver
Felices años
que adoraba con vehemencia
bajo el cielo de inocencia
que me hacia estremecer

Soy un jilguero
que va volando, volando
Y en su canto va dejando
con infinito fervor

Pues en tu senda
que esta llena de esplendores
con las más fragantes flores
hice mi nido de amor

En un recodo de tu senda está mi hogar
donde mi amada con dulcísima emoción
dice a la vida la belleza que la inunda
con las palabras que modula en su canción

Senda florida que jamás olvidaré
Bendita senda donde las dichas bebí
Y que has perfumado el goce anhelado
de verme inundado de azul porvenir

Señor
F. Brancatti y E. Maciel

Señor... yo soy un desdichado
enfermo estoy de tanto padecer,
yo soy un paria que sufre resignado
abandonado, sin dichas ni placer.

Morir, así será mi estrella...
que debo hacer? mi vida esta demás
Ves señor? yo voy buscando a ella
sin saber donde encontrar mi santa paz.

Era mujer veleidosa
su gesto me lo decía
y el alma se me partía
porque por ella sentía
un cariño abrasador.

Pero llego mi derrota
para mi martirio cruento
y en ese golpe violento
perdí la fe y el aliento
se lo juro por mi honor.

Berbe? en mi ni esto es consuelo
no he de apagar con eso mi dolor,
van muchas noches que sufro y me desvelo
pidiendo al cielo mi ya perdido amor.

Tal vez usted que es hombre sabio
ha de saber que ruta he de tomar,
concédame su cálido consejo buen Señor,
no es cierto que morir es descansar?

El alcohol no me adormece
el recuerdo de la ingrata
Ese vicio nunca mata
la tormenta que desata
el volcán de una traición.

Por la mujer agresiva,
tan desleal y peligrosa
en mi vida borrascosa,
una muerte lastimosa
pondrá fin a mi pasión.

Serrana impía
S. del Valle

Te fuiste y te bendigo serrana impía;
Te fuiste y te bendigo serrana impía.
Aunque vuela contigo
la dicha mía,
la dicha mía.
Aunque vuela contigo
la dicha mía,
la dicha mía.
Traición de amor
me entró a morder;
y desde que te has ido
puya sin nido por mal querer.
Y desde que te has ido
puya sin nido por mal querer.
La de mi amor corriste
y lo alcanzaste
La de mi amor corriste
y lo alcanzaste
Y cuando lo tuvistes con el jugastes
Y cuando lo tuvistes con el jugastes
Traición de amor
me entró a morder
y desde que te has ido
puya sin nido
por mal querer
y desde que te has ido
puya sin nido
y desde que te has ido
por mal querer

Sevilla
M. Moreno y E. Delfino

Sevilla ,
luz divina en tu cielo brilla,
esplendente suelo español
tierra del sol, de las flores y del amor.
Sevilla,
bailes, coplas y manzanilla;
tus mujeres de fuego son
y hay en sus ojos luz de pasión,
es tu barquero encantador
bello jardín de amor
es un edén para soñar
en la embriagues de amor.
Sevillana de la tierra del sol
en mi corazón nació una ilusión
todo mi dolor, calma tu amor.
Sevilla,
como reina a tus pies se humilla
silencioso el Guadalquivir;
!quiero vivir en tu suelo
y después morir¡
Sevilla,
tu Giralda me maravilla,
cual encaje de blanco tul
adornado y tu cielo azul.
Vibre mi ser al ver a un matador
frente a la fiera al torear
con gran valor: matar.
Bellos ojos tras las rejas se ven
de extraño fulgor
brillante de amor.
Se oye la canción
llena de pasión.
Sevilla,
luz divina en tu cielo brilla,
esplendente suelo español,
tierra del sol de las flores y del amor.
Sevilla,
bailes, coplas y manzanilla
tus mujeres de fuego son
y hay en su ojos luz de pasión.

Si me tendrá en su memoria
S. Salinas

Escucha el acento triste
con que canta mi guitarra,
con que canta mi guitarra
porque conoce el secreto
que en una prenda se guarda
que en una prenda se guarda.

Linda, mi negra querida,
donde estará...
si me tendrá en su memoria
o me abr olvidado ya...
si me tendrá en su memoria?

Un amor y un olvido
fueron una vez perdonados
fueron una vez perdonados.
Se juraron en un beso...
y el uno al otro engañaron...
y el uno al otro engañaron...

Siéntese che hermano
J. Guillén Barragán

Siéntese, che hermano, suelte ese bagayo
de penas rasposas y hágase valer,
que el hombre que sufre, si le salen cayos,
pa' todas las cosas, hombre se ha de ser.
Siéntese che hermano, que las penas matan,
y una mala pata lo puede perder.

Cuando en las danzas rezongonas,
de su paica comadrona
se recuerde con dolor,
sepa, aunque su alma lo conmueva,
olvidar a esa maleva,
que el amor todo lo iguala,
y si una le salió mala,
otra le saldrá mejor.

Yo también tenía, casi más o menos,
una paica de esas que me hizo sufrir;
busqué en el olvido el contraveneno,
todas las tristezas las eché a dormir.
Siéntese, che hermano, y siga el consejo
de un canchero viejo que aprendió a vivir.

Deje que ese amor rante se escurra
y que la desgracia turra
no le llegue al corazón;
todo en la vida es aspamento:
desengaños rasposientos
uno encuentra dondequiera
y en la vida milonguera,
todos dan un tropezón.

Siéntese, che hermano, suelte ese bagayo
de penas rasposas y hágase valer,
que el hombre que sufre, si le salen cayos,
pa' todas las cosas, hombre se ha de ser.
Siéntese che hermano, que las penas matan,
y una mala pata lo puede perder.

Sin madre
A. E. Gobbi

Supe que, cuando al morir
aún siendo yo muy chiquito,
me diste un beso muy largo
sobre mi frente de niño.
Pasó aquel tiempo y ahora,
sobre tu beso nacida,
está el surco de una arruga,
huella que los años brindan.
¡Cuánto infortunio en la vida
que yo he pasado sin ti!
¡Ay, madre mía!

Ay, si estuvieras aquí,
yo, muy juntito a tu oído,
te contaría mis penas
y el por qué de mi suspiro.
Ay, si pudiera decir:
« ésta es mi madre querida »
y besar tu pelo blanco,
y dormir en tus rodillas.
¡Cuánto infortunio en la vida
que yo he pasado sin ti!
¡Ay, madre mía!

Sí será bella una madre,
que el mismo Dios infinito
que puede hacer los milagros
en el correr de un suspiro,
con trozos de su corona,
hace el molde en que fabrica
una sola, y cuando muere,
el mismo Dios no la imita.
¡Cuánto infortunio en la vida
que yo he pasado sin ti!
¡Ay, madre mía!

Cuando una madre acaricia
a su hijito con ternura,
por él me causa alegría,
y por mí, siento amargura,
porque aunque busco no encuentro
en todo el mundo la dicha
de besar su pelo blanco
y dormir en sus rodillas.
¡Cuánto infortunio en la vida
que yo he pasado sin ti!
¡Ay, madre mía!

Sombras
V. Servetto y F. Pracánico

Esperanza de mi vida,
mujer casta de mi ensueño,
no olvides que soy el dueño
de tu sensible pasión.
no dejes mi alma transida,
no des hiel al corazón,
dame aquel mundo risueño
que con dolor nos separa
y la caricia cara
de mi única ilusión.

Penas, tejiendo vives
tiemblas, martirio cruel
llanto, será la angustia
cuando, tu corazón
sienta los desencantos
y te hundas en las sombras,
sin ilusión.

Desprecia la vida triste
de fatídica alegría,
si conservas todavía
de mi cariño el calor.
Aun te adoro, no te hundiste
en las sombras del dolor.
Solo quiero que seas mía,
porque aumentas mis desvelos,
no ves que siento celos
si tu dudas de mi amor.

Sonia
E. Partos, B. Loehner y C. Cappenberg

La inmensa extensión de las estepas
cubierta por la blanca nieve esta,
y son de este presidio las murallas
tan altas, que ni el sol se ve alumbrar.
Las celdas por la nieve están cubiertas
y dentro de una celda un hombre esta,
sus ojos afiebrados ven fantasmas...
y canta una canción que hace llorar.

Sonia!... Sonia!... tus cabellos negros
en sueños mil veces bese yo...
Nunca yo podré olvidarte,
tu del Volga eres bella flor.
Sonia!... Sonia!... Mi existencia muere
encerrado en esta prisión
y antes que la nieve me aprisione el corazón
quiero... llegue a ti mi maldición.
Cuando eras mi esposa yo te amaba,
y con mi amor la vida yo te di.
y ciego de pasión yo adivinaba
aquella vil traición que sorprendí.
Tus labios, de otros labios eran lecho,
y un hombre vi que el cuello te ciñó!
entonces mi puñal hundí en su pecho,
el juez tan solo a mi me condenó.
Sonia!... Sonia!... Ya no se si existes,
y nada en este mundo llega a mí,
solo hordas y hordas de cosacos
y de hambrientos lobos hay aquí
Aunque mi recuerdo en tu memoria
por ser tu dichosa, yo no esté,
en tus sueños cual fantasma apareceré,
y esta historia te recordare.

Sonrisas
E. González y E. Cárdenas

Diosa de encanto y de amor,
te han dicho siempre al pasar,
por que a tu rostro seductor se ve el amor llegar.
Divina son las sonrisas de tu faz;
como el fulgor de tus ojos al mirar
y siempre vi esa mujer
que en tu reír
nace el querer.
Quiero dejar en tu reja mi canción
por que ella hará que se aumenta mi pasión,
porque sin ti mujer ideal
se moriría mi amor por ti.
Como un alegre zorzal
a tu ventana yo iré,
y antes tus ojos mi querer,
con ilusión pondré.
Divinas son las sonrisas de tu faz,
como el fulgor de tus ojos al mirar
y siempre vi, bella mujer
que en tu reír nace el querer.
Quiero dejar en tu reja mi canción
porque ella hará que comprenda mi pasión
porque sin ti, mujer ideal
se moriría mi amor por ti.

Soñando
E. Cárdenas y P. Bernardo

Dulce vivir feliz de mis amores
con la esperanza rayo de calma,
como se va perdiendo en un suspiro
con sus dolores toda mi alma.
Era su amor muy cálido y ardiente,
era un torrente murmurador
y era su boca con la sonrisa
arrullo y vida del corazón.

Ya no estás junto a mi lado,
ya ni te veo siquiera,
ni en tu negra cabellera
puedo mis besos dejar.
Se fueron mis alegrías,
se acabaron tus encantos
y siento al llorarte tanto
que me consume el pesar.

Soñando, siempre soñando
con tu divina hermosura,
mi vida se va acabando
por una eterna amargura.
Y es tan fatal mi desgracia
que solo te puedo dar
miro a mi cuarto tan pobre,
el retrato que me diera
y al contemplarlo quisiera
que su alma viviese en él,
para que también llorase
por su destino tan cruel.

Tu juventud fue como un débil lirio
que arrastró el viento de la inclemencia,
así cayó de un golpe tu existencia
como en mi alma tan cruel martirio.
Y este dolor, que llevo tan profundo
me hunde en el mundo de mi sufrir,
siento mi ser que dentro de un segundo
al evocarte creo morir.

Soy una fiera
F. Martino, C. Gardel y J. Razzano

Los domingos me levanto
de apoliyar mal dormido
y a veces hasta me olvido
de morfar por las carreras.
Me cacho los embrocantes ,
mi correspondiente habano,
y me pillo un automóvil,
para llegar bien temprano.

(recitado)
Y tengo que llegar a abrir el portón
!si no, se suspenden las carreras¡

(Cantado)
Carreras, guitarras, gofo ,
quinielas y cabaret,
es el berretín más grande
que siempre, digo, tendré.
Y aunque pa’jugarme el vento ,
bien rumbeao, soy una fiera,
con toda mi gran cartusa ,
siempre salgo en la palmera .

(recitado)
Y que he de hacer, ¡mala suerte, pero me gusta, tengo que morir!

(Cantado)
El sábado por la noche
compro la Crítica 5ta
y si me piace la pinta
el pronóstico que da,
lo escolaso si es Rodríguez
o el que lo corre es Canessa,
pero viene Leguisamo
y se las da en la cabeza.

(recitado)
¡Hay que creer viejo, eh, muñeca, muñeca!

(Cantado)
Cuando alguno me da un dato,
es casi un caso clavao,
que si no larga parao,
en la largada hocicó ,
o si no es una rodada,
o porque se abrió en el codo ,
y nada manya , ¡qué va!,
salida muerto en todo.

(recitado)
¡Y que querés italiano, querés opinale viejo, más que ópera, ni ópera!

(Cantado)
Pero cuando tengo el paco ,
esto es con poca frecuencia,
sin tanto grupo ni ciencia,
cato el programa ¡y ya está!
¡que paga tres bataraces!
pero afana no hay reclamo,
no hay que hacer, pa estas papas ,
me lo elijo a Leguisamo.

(recitado)
¡Y hasta el domingo, me colás en la primera
quiero ser, que he de hacer, hay que vivir!

Suena guitarra querida
C. Gardel y J. Razzano

Suena guitarra querida,
que tu acento soberano
repercute por el llano
como un ay...! de mi alma herida...
suena, suena que es mi vida,
flor marchita y sin esencia
busco en la muerte querencia...
Nada en el mundo me halaga
porque siento que se apaga...
porque siento que se apaga...
el candil de mi existencia.

Cuantas veces cariñosa
mi patrona te templó,
y a sus cuerdas arrimo
sus frescos labios de rosa.
Como diciéndote hermosa
de mi gaucho compañera,
te saludo placentera
y una dulce Vidalita...
Dejo a mi alma más blandita,
dejo a mi alma más blandita
que el gorrión de mi escimera.

Suena así que mi alma llena,
de una tristeza profunda
quiere romper la coyunda
que a padecer me condena.
Pero es tan grande la pena
que tengo al abandonarte,
que solamente al dejarte
oh!, cariñosa guitarra,
el alma se me desgarra,
el alma se me desgarra
y el corazón se me parte.

Sueño marchito
A.Maffia y M.Battistella

Pobre sueño que fuera marchito
por la mano fatal del sufrir,
la injusticia sumió su vivir
en el templo maldito de un llanto sin fin.

El destino que cuida sus flores
no las quiso dejar florecer
y en su pecho de noble mujer
tus sublimes amores, murieron de fe.
Tus ojos que eran fuentes de ventura
me dicen que se cansan de llorar
y siento que la vida la tortura,
pues es mucha la amargura
que ellos deben soportar.

Tu boca que llevara más de un ruego
durmióse para siempre en el dolor
y nunca de otros labios bajo el fuego
sentirá los embelesos de la boca del traidor.

De tu almita el calor se ha marchitado,
para ti toda risa cesó,
todo el trono que hiciste cayó
por aquel despiadado que tanto mintió.

No te queda en el mundo siquiera
la ilusión de que pueda volver.
El que sufre tan crudo revés,
con deseos espera morir de una vez.

Sueños
E. Cárdenas y C. Ortiz

Triunfos y glorias sueños son,
sueños que al alma hacen vivir
con profunda y loca alegría,
sueños que lo hacen latir al corazón.
Toda la vida es un soñar
de goces y venturas
que van dejando, al pasar,
sólo honda amargura,
tristezas y pesar.

Un sueño fue el querer
de mi grande ambición,
cuando en loco placer
yo puse mi ilusión;
soñaba que en la vida
yo tendría los encantos,
de las hondas floridas
en donde vive el amor.

Pero la soledad
de un negro porvenir
llenó a mi corazón
de un amargo vivir,
y he sido un visionario
que al faltarme la alegría,
viviendo solitario,
sólo he sabido sufrir.

Las esperanzas que adoré,
como las aves, ya se van,
porque se ha ido la que yo quería,
y mis ojos no verán a la que amé.
Cuando en sus ojos se apagó
su vida fresca y pura,
sentí que mi alma tembló,
al ver la desventura
que en llanto me hundió.

Desde que la perdí,
por angustia fatal,
siento un intenso mal,
que un sueño es mi vivir,
sueño que me enloquece,
que me agobia, que me mata,
porque la que adoraba
no ha de volver a mí.

Tanta fatalidad
se ha volcado en mi ser,
que por mi padecer,
tan sólo sé llorar,
y es un sueño de muerte
el que tanto me envenena,
que ruedo con mi pena,
cargado de pesar.

Sos mi tirador plateado
C. Gardel y J. Razzano

Sos el tirador plateao
que mi a chiripá sujeta,
sos ejes de mi carreta,
sos tuces de mi tostao,
sos el pañuelo bordao
de un pobre gaucho cantor,
sos la prienda más mejor
de mi chapeao de paseo,
sos yapa de mi sobeo,
sos trienza de mi arreador.

Sos la mata culantrillo
que crece en el manantial,
sos vaina de mi puñal,
sos la farda donde trillo;
sos alas de mi lomillo
de trabajo brasilero,
sos yesca de mi yesquero,
sos paño de mi bombacha,
sos potranca criada a guacha,
por eso tanto te quiero.

Y pensar que me guardás
en tu pecho un rinconcito
donde llamea un fueguito
que no se apaga jamás...
Yo siento alzar más y más
la llama en mi idolatría;
pues mi mayor alegría
y mi sueñito mejor
es jinetear en tu amor
y maniarte al alma mía.

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