Ramona
G. Wayne y E. Cadícamo
Sueña
muchacha con ese amor,
que en tu corazón se vino a ocultar.
Sueña muchacha con el dolor,
que quiere asaltar tu belleza en flor.
Ramona,
si sientes en tu corazón,
las suaves caricias de una gran pasión,
entorna tus ojos y entre tules deja flotar,
la rosa fragante, primaveras de tu ilusión.
Ramona,
tus labios sienten palpitar
arpegios sublimes de un dulce besar.
Ramona, deja la malla de tu suspirar,
que es dulce, muy dulce, sonar.
Sueña
muchacha con ese amor,
que en tu corazón se vino a ocultar.
Sueña muchacha con el dolor,
que quiere asaltar tu belleza en flor.
Ramona,
yo se que un día has de lograr,
los sueños azules que hoy ves aletear.
Ramona, Ramona, si pudiera yo como tu,
hacer de mis años gratos sueños de juventud.
Es
triste, la vida pasa y se va,
como una caricia que se ve esfumar.
Ramona, a la ventana de tu ensoñación,
Ramona, tu príncipe ira.
Raza
noble
J. A. Caruso y S. Grupillo
Ya
no queda un solo gaucho
de facón en la cintura,
de melena suelta al viento
y el chambergo echado atrás,
que en el pingo enhorquetado
atraviese la llanura
con un rítmico compás,
de la pampa, galopando,
la guitarra bien templada,
llena de cintas y flores,
como recuerdos de amores
que no han de volver jamás...
Ya no visten chiripá
"bota 'e potro", nazarenas,
no se cantan vidalitas
ni se baila el alegre pericón.
Ni allá bajo la enramada
terminadas las faenas,
se improvisan las payadas
noche a noche, a la rueda del fogón.
Raza
noble de valientes
que en todos los entreveros
empuñaron los aceros
para darnos libertad.
Ellos fueron los primeros
que al toque de un zafarrancho
dejaron china y el rancho
para ir a derramar
su sangre en fieras trenzadas
por el sol de la bandera
que brilla como si fuera
el sol de la libertad.
Conquistaron
en la guerra
esos gauchos indomables,
a puros golpes de sables
con bravura la justicia y la igualdad.
Y después de las batallas
y de trenzadas mezquinas,
en las manos de sus chinas
las heridas cada cual se iba a curar.
Recordando
mi barrio
J.M. Ruffet
He
nacido en un barrio criollo,
de casitas abiertas al sol,
cuyos aires corrían henchidos
de heliotropo, de menta y cedrón.
Arboledas de rico follaje
ofrecían guarida y frescor
a las aves que hacían sus nidos
y al galán que cantaba su amor.
Hermoso
barrio de mi juventud,
tu viejo ambiente criollo dónde está.
En vez de tu casita y tu jardín
hay mármoles y bronces y cristal
Tus pájaros se han ido a otra región,
el viento ya no juega en tu parral...
Hermoso barrio mío de mi niñez!
Nostalgias de mis tardes y de mi vejez!
Y
esos árboles, vieja reliquia,
que orillaban veredas sin fin,
van cayendo a los golpes del hacha,
van muriendo de cuajo y raíz.
Arboleda que me has conocido
en mis años de dicha infantil,
Ojalá que mi riego de llanto,
en retoños la viera surgir...!
Recordándote
J. de Grandis y G. Barbieri
Indignado
por el opio
que me diste tan fulero,
francamente, estoy cabrero,
y jamás olvidare
que una noche embabiecado,
te jure que te quería
mucho más que el alma mía
y que a mi madre también.
Te
acoplaste al cotorro
de este vate arrabalero
y te juro hasta diquero
por tenerte se volvió,
se acabaron las versiadas
de mi numen peregrino,
si era el verso más divino
llevarte en mi corazón.
En
mis noches de lirismo
por los tristes arrabales
rime tiernos madrigales
que a tu lado deshoje.
Puse
vida en cada estrofa
mi amor, mi paz y ventura
y la inefable ternura
de tu alma de mujer.
Cuantas
noches en mi rante
bulincito de poeta
una lagrima indiscreta
furtivamente cayo,
pensé que fueras el verso
mas intenso de mi vida,
porque aun sangra la herida
que tu espiante me causo.
Ya
que sabes el secreto,
de lo mucho que he sufrido
decime quien te ha querido
con más intensa pasión,
y del fondo de tu alma
silenciosa, cruel y cruda
la hiriente verdad desnuda
te dirá este chabón.
Recuerdo
malevo
A. Le Pera y C. Gardel
Era
mi pebeta, una flor maleva,
mas linda que un día dorado de sol.
Trenzas renegridas, mirada que ruega,
boca palpitante de fuego y amor.
Para
conquistarla yo me jugué entero,
no valía la pena sin ella vivir.
Peleando con taitas en un entrevero,
pensé que era lindo por ella morir.
Tiempo
viejo,
caravana,
fugitiva,
donde estas.
Florido
tiempo que añoro,
por sus caminos de olvido
viajan visiones que lloro,
sueño querido que te alejas.
Tiempo
viejo,
caravana,
fugitiva,
donde estas.
Cinco
años pasaron
de la primer cita,
burlón, el destino,
me obligo a volver.
Que
viejos los ojos
de la muchachita,
que un día, riendo
me enseñó a querer.
Fuimos
sin pensarlo
como dos extraños,
su boca marchita
y mi suspirar.
Habiendo
cenizas
de los desengaños,
el recuerdo amigo
es mejor borrar.
Tiempo
viejo,
caravana,
fugitiva,
donde estas.
Florido
tiempo que añoro,
por sus caminos de olvido
viajan ambiciones que lloro
sueño querido que te alejas.
Tiempo
viejo,
caravana,
fugitiva,
donde estas.
Refucilos
R. Sastre y O. Moreno
Noche
negra. Un refucilo alumbra la tapera
donde espera la mujer mala sin fe ni corazón.
Cita se llama la pérfida extranjera,
que al gaucho bueno con besos embrujó,
dando al olvido la noviecita blanca,
que fue el ensueño santo de su primer amor.
Un refucilo como una herida
recorre el cielo y alumbra incierto
a un emponchado que a pasos lentos
a la tapera derecho va.
Detente!.., el gaucho le grita
fiero, y ya en sus manos reluce el hierro.
La triste sombra del aparecido
lanza un gemido y cae sobre el puñal,
Noche negra. Un refucilo alumbra la tapera
donde espera la mujer mala sin fe ni corazón,
Cita se llama la pérfida extranjera,
que al gaucho bueno con besos embrujó,
dando al olvido la noviecita blanca,
que fue el ensueño santo de su primer amor.
Negra
noche.., dos largas trenzas alumbra un refucilo...
Era ella la noviecita de su primer amor
Ronco alarido resuena en la tapera,
y el gaucho bueno, borracho de dolor,
arranca el arma sangrienta de la herida
y con el mismo acero se parte el corazón.
Rencor)
L. C. Amadori y J. Pérez de la Riestra
Rencor,
mi viejo rencor
dejame olvidarla cobarde traición.
No ves que no puedo mas
que ya me he secao de tanto llorar?...
Deja que viva otra vez
y olvide el dolor
que ayer me cacheteo.
Rencor, yo quiero volver
a ser lo que fui;
yo quiero vivir.
Este
odio maldito
que llevo en las venas,
me amarga la vida
como una condena.
El mal que me han hecho
es herida abierta
que inunda mi pecho
de rabia y de hiel.
La odian mis ojos
porque la miraron
mis labios la odian
porque la besaron,
la odio con toda
la fuerza de mi alma
y es tan grande mi odio
como fue mi amor.
Rencor,
mi viejo rencor
no quiero sufrir
esta pena sin fin.
Si ya me has muerto una vez
por que llevare
la muerte en mi ser?
Ya sé que no tiene perdón,
ya sé que fue vil
y fue cruel su traición;
por eso, viejo rencor,
dejame vivir
por lo que sufrí.
Dios quiera que un día
la encuentre en la vida
llorando vencida
su triste pasado
pa' escupirte encima
todo este desprecio
que babea mi vida
de amargo rencor.
La odio por el daño
de mi amor deshecho
y por una duda
que escarba en mi pecho.
No repitas nunca
la que v'ia decirte:
rencor: tengo miedo
de que seas amor!...
Reproche
A. Irusta y R. Fugazot
Tango
triste, tango rante
de mi tiempo e' Caferata,
yo conozco tu pasado,
yo comprendo tu traición.
Los malevos no te miran
con los mismos ojos de antes
porque fue tu cuna el bajo
y el lujo tu seducción.
Cuántos
guapos se marcaron
al compás de tus acordes,
y en el bajo, cual fantasmas,
se trenzaron a facón;
y tu música doliente
sí habrá servido de arrullo
pa' que duerma un sueño reo
el pibe de algún matón.
Tango
triste, tango rante
de mi tiempo e' Caferata,
que hiciste de esa vecina
mi hermanita espiritual;
una noche en la milonga,
al compás de tus acordes,
vi rodar de sus pupilas
un lagrimón virginal.
Tango
triste, y hoy los malevos
lloran todos tu traición
porque saben que ya nunca
has de volver a tu hogar,
porque has estado jugando
con las cuarenta del mazo,
y es al ñudo que te compren
si no te han de desbancar.
Ahora
luces tus acordes
como mina abacanada
porque sos igual que todos
los que han sido del barrial,
los que hasta hoy, con ajenjo,
juntos nos envenenamos...
Porque hoy están en la buena
lanzan su grito triunfal.
Si
yo te pidiera cuenta
de tanto mal que has causado
a esas pobres mujercitas
en tus noches de champaña,
ya, ni volviendo a la cuna
donde empezó tu existencia,
pagarías tanto daño
al que te llamó 'gotán'.
Resignate
hermano
J. Ricardo, J. Rial y G. Barbieri
Que
te pasa hermano que vivís tan triste,
que tus ojos baten una pena cruel.
Estás amargado porque la quisiste
y porque supiste que te ha sido infiel.
Esos son sorpresas que la vida guarda,
mal pagarás esto por frío desdén,
es un tema viejo que ya no acobarda,
por la misma causa sufrí yo también.
Resignate
hermano,
yo te lo aconsejo,
dejá que esas cosas
las arregle Dios.
Nosotros penando
corrimos parejo,
por la misma herida
sangramos los dos.
Prometió
quererte muy sinceramente
y porque juraba le tuviste fe,
yo también he sido bastante creyente
Y con su cariño mil veces soñé.
Después el oficio me ligó un proceso
y al ir condenado para la prisión,
la que yo llamaba la dueña de mis besos
me dejó un recuerdo de desilusión.
Resignate
hermano,
yo te lo aconsejo,
no pensés en ella
ni guardés rencor.
En estos asuntos
yo soy zorro viejo,
tratá de olvidarla
que será mejor.
Reyes
del aire
A. Canale y J. Bohr
Soñadores
del espacio
valen más,
del placer tan exquisito de sentir,
el deleite y emoción
de ese mundo tan feliz
que les forja allá en los fieros el avión
Alejados de la tierra donde el mar
se comparten con las luchas y el dolor.
Esas aves de metal
van cantando a su pasar
la alegría que les brinda la emoción.
Yo he soñado
la dicha de volar,
pero el alma lloraba el despertar;
reyes del aire
que eran mi alado,
que habían ido
cual reyes magos.
Aviadores
!oh que felicidad¡
son canciones
de cielo, tierra y mar.
Reyes del aire
lleven las flores
de mi amor
que les doy al pasar.
Galardón de nuestro cielo su motor
va agregando blanca estela
que al barrer
da la hermosa sensación
de la patria, de mi sol
la Argentina te saluda mi querer.
Yo he soñado la dicha de volar
pero el alma lloraba el despertar.
Reyes del aire
que eran mi alado
se habían ido
cual reyes magos.
Aviadores
!oh que felicidad¡
son canciones de cielo, tierra y mar.
Reyes del aire
llevés las flores que les doy
de mi amor al pasar.
Ríe
payaso
Carmona y Falero
El
payaso con sus muecas y su risa exagerada
nos invita, camaradas, a gozar del carnaval;
no notáis en esa risa, una pena disfrazada,
que su cara almidonada, nos oculta una verdad.
Ven
payaso, yo te invito, compañero de tristeza,
ven acercate a mi mesa si te quieres embriagar,
que si tu tienes tus penas, yo también tengo las mías
y el champán hace olvidar.
Ríe,
tu risa me contagia
con la divina magia de tu gracia sin par;
bebamos mucho, bebamos porque quiero
,con todo este dinero hacer mi carnaval.
Llora,
payaso buen amigo,
no llores que hay testigos
que ignoran tu pesar
seca tu llanto y ríe con alborozo,
a ver pronto, che mozo, traiga nomás champán.
Yo
también como el payaso de la triste carcajada,
tengo el alma destrozada y también quiero olvidar,
embriagarme de placeres en orgías desenfrenadas
entre Música y champán.
Hace
uno año justamente, regresaba a mi Morada
con deseos de descansar,
al llegar vi luz prendida
en el cuarto de mi amada,
es mejor no recordar.
Llora,
payaso buen amigo,
no llores que hay testigos
que ignoran tu pesar,
seca tu llanto y ríe con alborozo,
a ver pronto, che mozo, traiga nomás champán.
Riojana
mía
A. Ríos
En
estas horas que el campo
duerme en silencio y en calma
viene a despertarte mi alma
con un canto arrobador.
Sin más testigo que el viento
y sin más luz que la luna
que brilla en tu faz moruna
alumbrando nuestro amor.
Vine
a decirte, Divina,
en agreste melodía
que sin tu amor, Vida mía,
es imposible vivir.
Y que como un pobre esclavo
dominado por tus ojos
quiero postrarme de hinojos
ya cansado de sufrir.
Para
vos, Riojana mía,
traje del campo estas flores
impregnadas con amores
de mi gaucho corazón.
Y cada flor representa
el amor que por ti siento:
Cada hoja es un pensamiento
de fe, cariño y amor.
Yo
no quiero que ninguno
te diga palabras suaves,
que no te canten las aves,
ni nadie: No más que yo!
Que la brisa pasajera
enmudezca sus murmullos,
y que escuches los arrullos
de quien hoy te despertó.
Rosal
de amor
E. Maroni y D. Riverol
Ser
como un rosal quisiera
del jardín de tus amores,
para brindarte las flores
más hermosas del rosal
y cantar esta ternura
de mi cariño profundo,
que en el mundo
no hay igual.
Como
una plateada estrella
que en el cielo está fulgente,
quiero dejar en tu frente
todo el querer que hay en mí;
ser ruiseñor y cantarte,
ser perfume y embriagarte,
con ese amor
que vive sólo para ti.
Quiero
ser música triste
que en una noche serena
te viene a contar su pena
en la más suave canción,
ser la voz del arroyuelo
que te dice en su armonía:
Eres mía, mi corazón.
Pero
ni rosal ni estrella,
ni ave, armonías o flores
debe brindar mis amores
en este humilde cantar,
y decirte, buenamente,
que te quiero, pero tanto,
como jamás
nadie en el mundo te querrá.
Rosal
viejo
C. Tapia
Rosal
viejo, rosal viejo,
ya llegó la primavera
Rosal viejo, rosal viejo,
no se cubren de retoños
ni tampoco hay hojas nuevas
Rosal viejo, rosal viejo,
me inspiró la primavera.
Si
te abandonan rosal
ya tenés tu compañero.
Si te abandonan rosal
ya tenés tu compañero,
cuidando en los momentos
de tu sufrir verdadero.
Rosal viejo, rosal viejo,
te cuido porque te quiero.
En
los últimos momentos
me has de encontrar a tu lado;
en los últimos momentos
me has de encontrar a tu lado,
para que no digas, no,
que te traicionó tu amado.
Rosal viejo, rosal viejo
me has de encontrar a tu lado.
Rosarito
la serrana
A. Río
Dicen
que está por morir
Rosarito la serrana.
Dicen que está por morir
Rosarito la serrana.
Que no hace más que sufrir
de la noche a la mañana,
¡ay, ay, ay
y por que será caray!
Yo le pregunté a un serrano
la causa de su dolor
me dijo:
mire paisano
son sus lamentos de amor.
¡Ay, ay, ay
se me hace triste caray!
Cuando la llame el destino
yo le llevaré una palma,
cuando la llame el destino
yo le llevaré una palma
y le rogaré al divino
por el descanso de su alma
¡Ay, ay, ay
le pondré mucho caray!
Han de llorar la serrana
repicarán las campanas
y dirán los campesinos:
¡ay, ay, ay
pobre Rosario caray!
Rosas
de Abril
E. Cardenas y R. Rossi
La
tarde que en tus ojos vi
el mundo de mi cielo ideal
todas mis ansias puse en ti
y desde entonces supe amar
y mientras que en un velo azul
brillaba majestuoso el sol
yo te supe entregar mi suspiro de amor
tu vida encantadora ver
de cuando te acercaste a mí
por que me parecía ver
un cielo de ternura en ti
y de saber mía ansias van
buscando tu pasión
porque ya aumenta mi viva emoción
junto a la madreselva en flor
tu boca sola mía fue
y en ella mi cariño hallo
la gloria que soñé
te acuerdas mi preciosa Abril
que tu alma enamorada fue
en todo mi feliz querer
una rosa de Abril
tú sos mi bien, vergel de amor
mujer por quien mi ser vivió
si tu corazón me das
he de sentir la dulce paz de mi vivir
Rosas
de otoño
G. Barbieri y J. Rial
Tú
eres la vida, la vida dulce
llena de encantos y lucidez
tu me sostienes y me conduces
casi a la cumbre de tu altivez
tú eres constancia, yo soy paciencia
tú eres ternura, yo soy piedad
tu representas la independencia
yo simbolizo la libertad.
Tu
bien lo sabes, estoy enfermo
y en mi semblante claro se ve
que ya de noche casi no duermo
no duermo nada, sabes por qué?
porque yo sueño como te aprecio
y que a mi lado te he de tener
son sueños vanos torpes y necios
pero mi vida, qué voy a hacer?.
Yo
sufro mucho, me duele el alma
y es tan penosa mi situación
que muchas veces por buscar calma
llevo mis dedos al diapasón
de tu desprecio nunca hagas gala
porque si lo haces pobre de mí
quiéreme siempre, no seas tan mala
vamos ingrata, no seas así.
Rosas
rojas
F. Lomuto y A. Seitún
Junto
al espejo de un mueblecito
Que dentro sirve de tocador,
hallé una noche vistosa planta
de rosas rojas todas en flor.
Las supe tuyas, desde ese instante
puse mis besos en cada flor
y así mis labios fueron robando
para teñirse de rojo color.
Vi
que mi aliento lejos de ajarlas
dábanle savia para brotar,
vino así un día, que como en ella,
puse en sus labios mi loco afán.
Y ante el reflejo de cantinela
mis rojos labios viste brillar,
tal vez mis ojos tras el pecado
cernían sombras por reflejar.
Y
así mis labios fueron la tea
que ese cariño supo incendiar,
fueron mis ojos el fiel reflejo
de los ardores de ese rosal.
Más como todo el divino néctar
Fuiste buscando para mi mal,
nuevas corolas, y hasta mis flores,
se comenzaron a marchitar.
Mis
pobres labios que antes hallaban
en esas flores con que vivir,
hoy las espinas los van sangrando
rojos muy rojos, más que el jazmín.
Al mismo tiempo que en un teatro
no muy lejano de por aquí,
otros se ciñen besando rosas
con que le adornan el camarín.
Rubias
de New York
A. Le Pera y C. Gardel
Mary,
Peggy, Betty, July,
rubias de New York,
cabecitas adoradas
que mienten amor.
Dan envidia a las estrellas,
yo no se vivir sin ellas.
Mary, Peggy, Betty, July,
de labios en flor.
Es como un cristal
la risa loca de July,
es como el cantar
de un manantial.
Turba mi soñar
el dulce hechizo de Peggy,
su mirar azul
hondo como el mar.
Deliciosas criaturas perfumadas,
quiero el beso de sus boquitas pintadas;
Frágiles muñecas del olvido y del placer,
ríe su alegría como un cascabel.
Rubio cocktail que emborracha
así es Mary:
Tu melena que es de plata,
quiero para mí.
Si el amor que me ofrecías
solo dura un breve día,
tiene el fuego de una brasa
tu pasión Peggy.
Rumores
C. Gardel y J. Razzano
Sobre
la vasta colina
el tibio sol se derrama,
como una lluvia de escamas
que cayera lenta y fina
y allí un fornido paisano
con su china mira el llano
y ante la grande extensión
siente latir su corazón.
Mientras
están juntos los dos
las brisas se van con su rumor
dejando al pasar, del saúco en flor
perfume arrayán y de cedrón..
Se miran los dos, se abrazan más
y un beso de amor puro se dan,
y de envidia el sol quiere apagar
re la inmensidad su resplandor.
La
colina se agiganta,
se llena el aire de trinos
y entre los coposos pinos
la tarde hermosa canta.
Y aquellos enamorados
mudos de gozo han quedado,
mientras que sueñan vivir
la dulce paz del porvenir.
Arriba
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