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¡Qué fenómeno! - ¿Qué has hecho de mi cariño? - Que linda es la vida - Que lindo es el shimmy - Que lindo tiempo aquél - ¡Qué querés con esa cara! - Que se vayan - Que suerte la del inglés - Que vachaché - Queja indiana - Quejas del alma - Quejas del alma - Querencia - Quién tuviera 18 años - Quiéreme (Te esperaré) - Quimera

¡Que fenómeno!
E. Dizeo y A. A. Aieta

¡Qué tipo de suerte que sos, mama mía!
Siempre muy jaileife y no laburás.
Al feca con chele de la lechería
le diste el olivo... ¡Cómo prosperás!
Me dieron el dato que no hay un domingo
que la redoblona siquiera palmés...
¡Aunque largue chanta, primero tu pingo!
Si te desconozco... ¡Qué tarro tenés!

¡Qué fenómeno! ¡Dios mío!
¡Quién te ha visto y quién te ve!
Ayer detrás de la manga
y hoy adelante... No sé...
¡Qué fenómeno! ¡Dios mío!
¡Qué manera de ligar!
Si una fulana te deja
dos te vienen a buscar.

Al paso que vamos es cosa segura
que es una imperdible que te sosegás,
pero, te soy franco, sos un caradura...
¡Si de los amigos hoy ni te acordás!
Cuando uno se apila y anda con el paco
no sé qué le pasa... Se suele marear...
Andá con cuidado. Abrochate el saco...
Comprate un bufoso: ¡te van a matar!

¿Qué has hecho de mi cariño?
J. González Castillo y J. Maglio

Que has hecho de mi cariño?
Donde mi sueño esta,
mi sueño de placer,
de juventud y amor?
Que has hecho de mi alegría,
que todo es aura dolor?
No ves que todavía
me ha quedado el corazón,
que solo vive
de ilusión?

Yo soñé con un cuartito
lleno de luz y de vida,
sin una nube de dolor;
y en el medio un altarcito
para nuestro mutuo amor
Y con un pibe en la cuna,
que alegrara nuestro sueño
y mucha risa y mucho sol
y allí reinando como dueños
solo voy y yo.
Que has hecho de tanta dicha?

Todo mentira fue,
todo vana ilusión.
No queda nada!
Mentira fue tu cariño
y mentira tu lealtad!
la cruel espina
de tu amor!

Si nada ha de volver,
Que le he de hacer!...
Sino matar mi amor,
buscándome placer,
y con el tango
que alivia mi condena,
y hasta me olvido de el.

Que has hecho de tanta dicha?
Todo mentira fue,
todo vana ilusión.

Que linda es la vida
C. Tapia

El vals precipita los latidos
del suave y más tranquilo corazón,
sus cadencias endulzan los oídos
despertando el calor de la pasión.
Acariciando en la vida algún placer
o nos encuentra con un amor reciente,
desafiando el más hondo parecer.

Que linda es la vida,
que dulce el placer,
que lindo sería
sin el padecer.
Que linda es la vida,
que dulce el amor,
que lindo sería
amar sin dolor

El vals nos recuerda muchas veces
que en otrora tuvimos un querer,
alejando de nuestra alma los reveses
que la vida proporciona a todo ser.
La música refuerza y alimenta
el espíritu, la calma y la bondad;
los arpegios de sus notas representan
el amor, la belleza, la calma y la lealtad.

Que lindo es el shimmy
E. Cárdenas y R. Barbieri

Que lindo es el shimmy
de vibrante son
que con su armonía
nos brinda alegría.

Yo en un shimmy quiero
ansioso buscar
el amor primero
que me hizo penar.

Porque al rumor
de un shimmy así
siento un temblor
dentro de mí,
Cuando recuerdo
que un día viví
las dulces horas
de un calido amor

Y al comprender
que una emoción
me ha de traer
bella ilusión
quiero bailar
un shimmy así
para sentirme
de amores feliz.

El shimmy bailemos
marcando el compás
y alegre busquemos
amores supremos.
Que el baile refleja
nuestra animación
y en el alma deja
honda sensación.

Quiero vivir
para gozar
cuando el pesar
me quiera hundir
porque las penas
tan solo traerán
graves recuerdos
que me mataran.

Y la virtud
de un tibio amor
con su esplendor
de juventud
hará un edén
de mi pesar
para que el alma
me enseñe a gozar.

Que lindo el tiempo aquel
J. Razzano y C. Gardel

¡Qué lindo tiempo era aquel!
Te acordás, cuando te amaba,
noche a noche que te hablaba
de amores, junto al jahuel;
él era el testigo fiel,
de cuantito me dijiste,
de las cuerpeadas que hiciste,
a mis piadas de cariño
y de esos labios de armiño,
los besitos que me diste.

Recordás cuando en un gajo
de un ombú, con mi facón
yo retraté un corazón,
y nuestros nombres pa’bajo;
dispués puse, más abajo:
Te adoro, china querida,
y vos, toda conmovida,
el facón me arrebataste
y entre otras cosas grabaste:
Por vos doy toda mi vida.

¡Qué queres con esa cara!
P. Contursi y E. Arolas

Que queres con esa cara
y esa mirada risueña
si hay que tenerte a la leña
porque naciste así.
Yo no pude convencerte,
yo te deje muy seguido
por eso china te has ido
sin acordarte de mí.

Cuando yo te conocí
te engrupia la piu vela
me la tire de pamela
de charoles y bastón.
Me contestaste por carta
toda adornada de flores
y unimos nuestros amores
tan solo en un corazón.

Luego te alquile un bulín
que adornaste con postales,
cortina pa los cristales
de la puerta te compre.
Por vos deje mis amigos,
deje el juego y la bebida
y empecé una nueva vida
y al laburo me entregue.

Cuando ya comprendimos
del amor que me tenías
con mi dicha y mi alegría
te fuiste sin comprender
que me dejabas llorando,
que era triste mi destino;
te cruzaste en mi camino
para hacerme padecer.

Al piantarte del bulín
me dejaste los postales,
la cortina en los cristales,
tus cartas y un almohadón
y un corsé que estaba roto,
un par de tarros fuleros,
me dejaste el sombrero
llevándote el corazón.

Que se vayan
F.Canaro y E.Dizeo

Que se vaya con él cuando quiera,
con ese amigazo fayuto y sin fe;
que se vayan, que Dios los ayude,
que tarde o temprano los encontraré;
que se lleve los besos que, un día,
juró que eran míos, con todo su amor;
que esta mala jugada que me hace
le va a costar caro, tendrá su dolor.

Si los dos tienen la culpa
de todo lo que me pasa,
ella porque nunca, nunca,
tan mala la imaginé,
y el otro por sin vergüenza,
porque lo tuve en mi casa
y abusó de la confianza
que siempre le dispensé.

Pero no es nada, compadre,
a ver, mozo, más escabio
que esta noche es Nochebuena
y mañana Navidad;
déjeme, tomo de rabia;
déjeme mojar los labios
para festejar la fiesta,
la fiesta y mi soledad.

Si la vida no vale ni medio,
no sirve pa' nada; repita, patrón.
Hago mal en decirlo, que un día
robé pa' vestirla, llegué a ser ladrón.
Todo el tiempo que estuvo a mi lado,
ni un peso, ni un mango le supe negar;
y si no, que lo diga ella misma,

Que suerte la del inglés
C. Gardel y J. Razzano

Perdoná por la manera
con que te canto mi cielo
hoy que buscando un consuelo,
me hallo en presente pueblera.
Dejáme hablar, no quisiera
que te fueras a ofender,
esperáte vas a ver me han calentao las orejas
y es justo que tantas piezas
yo te las haga saber.
De juro que te has pensado
tomarme pa rascadero
por cualquier majadero dejarme nomás plantao.
Ah porque tenés puebliao
le han tuitico gambetiando
tan lejos estas pensando que vas a jugar conmigo
más china ya te lo digo,
eso de bolear no es cuento.
Que tenés otro mejor,
que tiene más patacones,
que es de buenas relaciones
y un magnifico señor.
Que el cupiame del amor
tuito le va viento en popa
que es extranjero de Europa
descendente de un marqués,
que suerte la del inglés,
aura así salvás la ropa.
Que yo no tengo modales
pa meterme en sociedad
y que es una barbaridad,
¡pensá que somos iguales!
y que todo entre baguales
pueda tener relación;
que carezco de instrucción
y añudo que me aventaje
que queres que me faje,
he nacido barrigón.
Con todo china querida
sos la prienda de mi amor
y creo que otro mejor,
no hallarás en esta vida.
Vení cerráme la herida
que tuito puede ser tu boquita
y deja pronto m'hijita esa angurria que te abraza
se te saque caldo 'e grasa
hacélo por ti vidita.

Qué vachaché
E. S. Discépolo

Ya me tenés bien requeteamurada
no puedo más pasarla sin comida
ni oírte así decir tanta pavada...
¿no te das cuenta que sos un engrupido?
¿te creés que al mundo la vas a arreglar vos?
¡si aquí ni dios rescata lo perdido!
¿qué querés vos? ¡hacé el favor!...

Lo que hace falta es empacar mucha moneda,
vender el alma, rifar el corazón,
tirar la poca decencia que te queda...
plata, plata, plata... plata otra vez...
así es posible que morfés todos los días,
tengás amigos, casa, nombre... y lo que quieras vos.
El verdadero amor se ahogó en la sopa:
la panza es reina y el dinero es Dios.

¿Pero no ves, gilito embanderado,
que la razón la tiene el de más guita,
que la honradez la venden al contado
y a la moral la dan por moneditas?
¿qué no hay ninguna verdad que se resista
frente a dos pesos, moneda nacional?
vos resultás, haciendo el moralista,
un disfrazao... sin carnaval...

¡Tirate al río! ¡no embromés con tu conciencia!
sos un secante que no hace ni reír...
dame puchero, guardate la decencia...
¡plata, plata, plata! ¡yo quiero vivir!
¿qué culpa tengo si has pillao la vida en serio?
pasás del otario, morfás aire y no tenés colchón...
¿qué vachaché? ¡si hoy ya murió el criterio!
vale Jesús lo mismo que el ladrón...

Queja indiana
J. M. Velich y J. C. Rodríguez

¡Ay, ay, ay!…
¡Ay, ay, ay!…
Por la noche se oía,
en la lejanía,
ayes de dolor…

¡Ay, ay, ay!…
¡Ay, ay, ay!…
Y el eco repetía
la queja sombría
de un fatal amor.

En la paz nocturnal, silente,
en que el campo parece tumba,
el lamento tenue retumba
sin cesar, muy tristón, hiriente;
luego un búho, de cuando en cuando,
lanza su tétrico graznido
que al oírse deja oprimido
de pesares el corazón.

¡Ay, ay, ay!...
¡Ay, ay, ay!...
Aquella almita en pena
los aires ahí llena,
con su evocación.

¡Ay, ay, ay!...
¡Ay, ay, ay!...
En la noche serena,
parece una quena
su lamentación.

En la arista del monte, un día,
sobre unas matas estirado,
al pobre indio lo han hallado
que lloraba en su agonía;
por sus males le preguntaron,
y al hablar, tristemente dijo:
Ella se fue llevando a mi hijo…
¡Por mi cacique moriré!

Quejas del alma
G. Barbieri

Junto a la mesa de un pobre café
estas palabras de un hombre escuché:

Dicen que paso la vida sombrío
aquellos amigos que me ven sufrir,
pero no comprenden que vive el hastío
como un martillo clavado en mi sien;
y los que antes de mí se reían
porque no supieron la triste verdad,
no saben que aquella que yo más quería
me llenó el alma de inmenso pesar.

Pero hasta mí nadie llegó
cuando alcanzaron a ver que un dolor
iba tendiendo en lo gris de mi suerte
dos garras de muerte, su dardo traidor;
cuando la infiel me abandonó,
todos con burlas venían a mí
y ante las mofas terribles, sangrientas,
vengar esta afrenta mi mente pensó.

Hizo una pausa y su llanto enjugó,
y de este modo su historia siguió:

En arrebatos de impulso violento,
miré a la traidora cuando la encontré,
y sin que emitieran sus torpes lamentos,
en su garganta mis manos crispé;
sin la amistad de ninguno en el mundo
pasé muchos años de agudo dolor
y como vencido, lloré sin segundo
la mala estrella de mi puro amor

Quejas del alma
J. F. Mazzaroni y J. D. Vivas

Madre, yo te dejé por ella;
sin una queja me dejaste al partir;
todo fue desencanto, todo fue triste y vano,
y hallé en sus brazos falsos, los leños de mi cruz.
Madre, acógeme en tu pecho;
arrepentido busco en tu corazón,
en esta noche oscura de mi alma atormentada,
un poco de ternura que ahogue mi dolor.

Aquello fue un instante de ciega locura,
a su lado vi en rosas, florecer mi pasión
y soñé entre sus besos un mundo de ternura,
en las tardes felices, incendiadas de sol.
El hogar me parece pleno de poesía,
hasta tu voz, viejita, la siento otra voz;
pon tus manos piadosas en mi frente sombría
y cuéntame una historia de esperanza y amor.

Y ella me dijo suspirando,
todo ternura y todo corazón,
con su voz baja y dulce: Acércate hijo mío,
y como en aquel tiempo, buen tiempo que pasó,
cuando en las noches de frío,
sentado en mi regazo al calor del hogar,
te contaba la historia del príncipe con alas
que robó a la princesa y voló sobre el mar.

Querencia
F. Silva Valdez y A. Chinarro

Era lindaza la china
y era bonito mi pago,
y era linda aquella vida,
vivida allí entre sus brazos;
pero las hembras, amigo,
tienen en el cuerpo el diablo,
y el diablo se vino un día,
montando un caballo zaino,
y mi china, compañero,
juyó de mi pobre rancho.

Yo les confié el perseguirlos
a las patas de mi zaino,
y en abras de aquella sierra,
les di alcance a los malvados.
Cuchillo contra cuchillo,
ahí nomás nos atacamos;
nos herimos varias veces,
pero estuve mal del brazo;
se me fue la vista en sangre,
y allí quedé entre los pastos.

Y aura le digo, aparcero,
que me tira la querencia;
mas no quiero, he d’ir al pago,
porque ya me da vergüenza.
Ando juido como un perro,
relamiéndome las pellas;
estuve mal pa'l cuchillo
y perdí aquella pelea,
pero usted no sabe amigo,
lo que tira la querencia.

Quien tuviera 18 años
G. D. Barbieri

Cuando vuelvo la mirada a lo pasado
y me fijo que esta todo diferente,
mil recuerdos se me agolpan en la frente
y revivo aquellas horas del ayer.

Lindos años que nos dieron la alegría
de llenarnos de placeres y de encantos,
alejando del alma los quebrantos
para sentir la gloria de un querer.

Quien tuviera dieciocho años
y anduviese en las reuniones
conquistando corazones
con su porte juvenil.

Quien llegara a ser el mozo
que en aquel tiempo pasado
siempre fuera respetado
por valiente y por gentil.

Ya no somos los muchachos bullangueros
que vivíamos sonando en el mañana,
sin llegar a comprender la ilusión vana
que era el ansia de ser hombre de una vez.

Ya no somos de los tiempos que se fueron
los muchachos parlanchines y andariegos,
que entonando aquellos versos de Carriego,
a mas de una muchacha logramos conmover.

Quien tuviera dieciocho años
y olvidarse que en la vida,
hay penas que son heridas
que matan en la vejez.

Que lindo si uno pudiera
volver, sin ningún quebranto
a disfrutar los encantos
que nos diera la niñez.

Quimera
A.Barbosa, González y L.Vippiano

Tus ojos tienen, en sus destellos,
luz de mi vida, flama de amor
y a todas horas sueño con ellos
como embrujados por su esplendor.
Miran a veces, tan promisores
como el sentido de una pasión,
pero que engaño, tan ruboroso
como alborada de la ilusión.

(hablado)
Oh, vida traicionera que matas la ilusión,
deja que esta quimera viva en mi corazón!

Ojos verdes que vi, bajo un sol matinal,
y en mi huída perdí a una flor virginal;
quien pudiera llegar a lograr ese encanto,
y cubrir con su manto ideal, el amor, el altar

Tus ojos tienen, en sus destellos,
luz de mi vida, flama de amor
y a todas horas sueño con ellos
como embrujados por su esplendor.
Miran a veces, tan promisores
como el sentido de una pasión,
pero que engaño, tan ruboroso
como alborada de la ilusión.

Por ellos vivo! y ansioso busco,
hacerlos míos, vana ilusión...
Ya mis auroras se hicieron noches,
con desconsuelo del corazón.

Dulce quimera que guarda el alma,
que alucinada quiere esperar de mi retiro,
será la calma, solo el recuerdo de tu mirar.

Quiéreme (Te Esperaré)
A.Le Pera, C.Gardel y M.Lattés

Óyeme ! siempre te esperaré
Mírame ! nunca te olvidare
Con tu partida voló mi ventura,
Donde hubo dicha quedó amargura
y llanto.

Si al volver dudas de mi dolor,
bien sabes cuanto velo mi amor.
En mi triste mirar,
la verdad encontrarás .
Quiéreme! siempre te esperaré.

Sueño de amor,
tiempo mejor
que entristece mi corazón.
Te vi partir creí morir
cuando te fuiste con mi ilusión.

Óyeme ! siempre te esperaré
Mírame ! nunca te olvidare
Con tu partida voló mi ventura,
Donde hubo dicha quedó amargura
y llanto.

Si al volver dudas de mi dolor,
bien sabes cuanto velo mi amor.
En mi triste mirar,
la verdad encontrarás .
Quiéreme! siempre te esperaré.

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